viernes, 30 de septiembre de 2011

No tengo nada para darte


Se dice que, cuando los pastores se alejaron y la quietud volvió, el niño del pesebre levantó la cabeza y miró la puerta entreabierta. Un muchacho joven, tímido, estaba allí, temblando y temeroso.

-Acércate le dijo Jesús ¿Por qué tienes miedo?
-No me atrevo... no tengo nada para darte.
-Me gustaría que me des un regalo dijo el recién nacido.
El pequeño intruso enrojeció de vergüenza y balbuceó:
-De verdad no tengo nada... nada es mío, si tuviera algo, algo mío, te lo daría...
-mira.. 
Y buscando en los bolsillos de su pantalón andrajoso, sacó una hoja de cuchillo herrumbrada que había encontrado.

-Es todo lo que tengo, si la quieres, te la doy...
-No -contestó Jesús- guárdala. Querría que me dieras otra cosa. Me gustaría
que me hicieras tres regalos.
-Con gusto dijo el muchacho pero... ¿qué?
-Ofréceme el último de tus dibujos.
El chico, cohibido, enrojeció. Se acercó al pesebre y, para impedir que María y José lo oyeran, murmuró algo al oído del Niño Jesús:
-No puedo... mi dibujo es horrible... ¡nadie quiere mirarlo... !
Justamente, por eso lo quiero... siempre tienes que ofrecerme lo que los demás rechazan y lo que no les gusta de ti. Además quisiera que me dieras tu plato.

-Pero... ¡lo rompí esta mañana! tartamudeó el chico.
-Por eso lo quiero... Debes ofrecerme siempre lo que está quebrado en tu vida, yo quiero arreglarlo... Y ahora insistió Jesús repíteme la respuesta que le diste a tus padres cuando te preguntaron como habías roto el plato.

El rostro del muchacho se ensombreció, bajó la cabeza avergonzado y, tristemente, murmuró:

-Les mentí... Dije que el plato se me cayó de las manos, pero no era cierto... ¡estaba enojado y lo tiré con rabia!

Eso es lo que quería oírte decir dijo Jesús, dame siempre lo que hay de malo en tu vida, tus mentiras, tus calumnias, tus cobardías, tus crueldades. 

Yo voy a descargarte de ellas... No tienes necesidad de guardarlas... 

Quiero que seas feliz y siempre voy a perdonarte tus faltas.

A partir de hoy me gustaría que vinieras todos los días a mi casa


jueves, 29 de septiembre de 2011

La falsa aparienica



Un día, por encargo de su abuelita, Adela fue al bosque en busca de setas para la comida. Encontró unas muy bellas, grandes y de hermosos colores llenó con ellas su cestillo.

-Mira abuelita -dijo al llegar a casa-, he traído las más hermosas... ¡mira qué bonito es su color escarlata!

Había otras más arrugadas, pero las he dejado.

-Hija mía -repuso la anciana- esas arrugadas son las que yo siempre he recogido. Te has dejado guiar por las y apariencias engañosas y has traído a casa hongos que contienen veneno. Si los comiéramos, enfermaríamos; quizás algo peor...

Adela comprendió entonces que no debía dejarse guiar por el bello aspecto de las cosas, que a veces ocultan un mal desconocido.


miércoles, 28 de septiembre de 2011

El limosnero



Hubo una vez un limosnero que estaba tendido al lado de la calle. Vió a lo lejos venir a el rey con su corona y capa. "Le voy a pedir, de seguro me dará bastante" pensó el limosnero y cuando el rey pasó cerca le dijo : "Su majestad, ¿me podría por favor regalar una moneda?" aunque en su interior pensaba que el rey le iba a dar mucho.

El rey le miró y le dijo :" ¿Por qué no me das algo tú? ¿Acaso no soy yo tu rey?"

El mendigo no sabía que responder a la pregunta y dijo : "Pero su majestad...yo no tengo nada!". 

El rey respondió : "Algo debes de tener...busca!".

Entre su asombro y enojo el mendigo buscó entre sus cosas y supo que tenía una naranja, un bollo de pan y unos granos de arroz". Pensó que el pan y la naranja eran mucho para darle, así que en medio de su enojo tomó 5 granos de arroz y se los dió al rey. 

Complacido el rey dijo: "Ves como si tenías!" Y le dió 5 monedas de oro, una por cada grano de arroz. 

El mendigo dijo entonces: "Su majestad...creo que acá tengo otras cosas", pero el rey no hizo caso y dijo : 

"Solamente de lo que me has dado de corazón te puedo yo dar".

martes, 27 de septiembre de 2011

Energía psicotrónica

"...En octubre de 1975, un equipo de fútbol que no había ganado un solo
partido en lo que iba de temporada, jugaba contra un equipo que había
ganado hasta entonces todos los partidos. El siempre vencido Kansas  City Chiefs recibía en su campo al imbatido Oakland-Raiders.

Durante varios días antes del partido, los jugadores del débil Chiefs desarrollaron un sentido de unidad en el equipo. Jugadores que hasta entonces sólo habían hablado de fútbol, extendieron su compañerismo y estrecharon su amistad. En aquel breve espacio de tiempo se convirtieron en un equipo enmarcado por los límites de la auténtica amistad, del respeto mutuo y del afecto.

El entrenador, Paul Wiggin, alimentaba aquel sentimiento de unidad.
Momentos antes del encuentro, los Chiefs se pusieron a bailar llenos de júbilo y a abrazarse como si ya hubieran ganado el partido.
Y efectivamente, lo tenían ganado. No hay poder más grande que el poder psicotrónico. Cuando terminó el primer tiempo, los Chiefs ganaban por el sorprendente resultado de 21-3, confundiendo a "...En octubre de 1975, un equipo de fútbol que no había ganado un solo
partido en lo que iba de temporada, jugaba contra un equipo que había
ganado hasta entonces todos los partidos. El siempre vencido Kansas  City Chiefs recibía en su campo al imbatido Oakland-Raiders. Durante varios días antes del partido, los jugadores del débil Chiefs desarrollaron un sentido de unidad en el equipo. Jugadores que hasta entonces sólo habían hablado de fútbol, extendieron su compañerismo y estrecharon su amistad. En aquel breve espacio de tiempo se convirtieron en un equipo enmarcado por los límites de la auténtica amistad, del respeto mutuo y del afecto.
El entrenador, Paul Wiggin, alimentaba aquel sentimiento de unidad.
Momentos antes del encuentro, los Chiefs se pusieron a bailar llenos de júbilo y a abrazarse como si ya hubieran ganado el partido.
Y efectivamente, lo tenían ganado. No hay poder más grande que el poder psicotrónico. Cuando terminó el primer tiempo, los Chiefs ganaban por el sorprendente resultado de 21-3, confundiendo a todos los expertos. La multitud ovacionó a los Chiefs, y fue la primera ovación de las muchas en que los 60.000 espectadores se ponían en pie para aclamar al equipo
Naturalmente, aquella energía psicotrónica extra por parte del público
ayudó también a los Chiefs. ¡Ganaron por 42-10! «Ya sé que parecerá una tontería —declaraba luego Wiggin a la prensa—, pero el afecto contribuyó hoy a nuestro éxito.» En el encuentro, los Raiders fallaron  tres intentos y les interceptaron tres pases. Los Chiefs no fallaron ninguno, y sólo les interceptaron un pase. Fue como si la elevada moral de los Chiefs minara la moral de los Raiders.

El amor, la moral, el entusiasmo, el optimismo —todo ello crea un estado particular de conciencia—. Ese estado puede ser de vencedor o de vencido. Una elevada energía psicotrónica para ganar o para perder. La elección es del equipo. Los Chiefs eligieron ganar. Forjaron energía psicotrónica con amor y entusiasmo.

Los equipos —ya sean artéticos o de trabajo, sociales o religiosos,
educativos o políticos— pueden formar su energía psicotrónica para ganar con resultados espectaculares..." los 60.000 espectadores se ponían en pie para aclamar al equipo
Naturalmente, aquella energía psicotrónica extra por parte del público
ayudó también a los Chiefs. ¡Ganaron por 42-10! «Ya sé que parecerá una tontería —declaraba luego Wiggin a la prensa—, pero el afecto contribuyó hoy a nuestro éxito.» En el encuentro, los Raiders fallaron  tres intentos y les interceptaron tres pases. Los Chiefs no fallaron ninguno, y sólo les interceptaron un pase. Fue como si la elevada moral de los Chiefs minara la moral de los Raiders.

El amor, la moral, el entusiasmo, el optimismo —todo ello crea un estado particular de conciencia—. Ese estado puede ser de vencedor o de vencido. Una elevada energía psicotrónica para ganar o para perder. La elección es del equipo. Los Chiefs eligieron ganar. Forjaron energía psicotrónica con amor y entusiasmo.

Los equipos —ya sean atléticos o de trabajo, sociales o religiosos,
educativos o políticos— pueden formar su energía psicotrónica para ganar con resultados espectaculares..."

lunes, 26 de septiembre de 2011

Papa, ¿cuánto ganas?



Papi ¿cuánto ganas por hora? Con voz tímida y ojos de admiración, un pequeño recibía así a su padre al término de su trabajo.

El padre dirigió un gesto severo al niño y repuso:

-Mira hijo, esos informes ni tu madre los conoce. No me molestes estoy cansado.

-Pero Papá -insistía el pequeño- dime por favor cuánto ganas por hora.

La reacción fue menos severa, el padre sólo contestó:

-Ochocientos pesos por hora.

-Papi, ¿Me podrías prestar cuatrocientos pesos? -preguntó el pequeño.

El padre muy enojado y tratando con brusquedad al hijo, le dijo:

-Así que esa es la razón de saber cuánto gano. Vete a dormir y no me molestes, ¡muchacho aprovechado!

-Había caído la noche. El padre había meditado sobre lo sucedido y se sentía culpable: ¡tal vez su hijo necesitaba algo!

-En fin, como quería descargar su conciencia dolida, se asomó al cuarto del niño. Con voz baja preguntó:

-¿Duermes Hijo?

-Dime papá -respondió el niño.

-Aquí tienes el dinero que me pediste -respondió el padre.

-Gracias papá -contestó el pequeño y metiendo su manita bajo su almohada, sacó unos billetes y dijo:

Ahora ya completé, papi, ¡Tengo ochocientos pesos! ¿Me podrías vender una hora de tu tiempo?


domingo, 25 de septiembre de 2011

El elefante encadenado




Cuando yo era pequeño me encantaban los circos,y lo que más me gustaba de ellos eran los animales.Me llamaba especialmente la atención el elefante que,como más tarde supe era también el animal preferido de otros niños.Durente la función,la enorme bestía hacía gala de un tamaño,un peso y una fuerza descomunales...Pero despuésde la actuación y hasta poco antes de volver al escenario,el elefante siempre permanecía atado a una pequeña estaca clavada en el suelo con una cadena que aprisionaba sus patas.

Sin embargo,la estaca era sólo un minúsculo pedazo de madera apenas enterrado unos centímetros en el suelo.Y aunque la madera era gruesa y poderosa,me parecía obvio que un animal capaz de arrancar un árbol de cuajo con su fuerza,podría liberarse con facilidad de la estaca y huir.

El misterio sigue pareciéndome evidente.
¿Qué lo sujetaentonces?.
¿Por qué no huye?.
Cuando era niño,yo todavía confiaba en la sabiduría de los mayores.Pregunté entonces por el misterio del elefante...Alguno de ellos me explicó que el elefante no huía porque estaba amaestrado.

Hice entonces la pregunta obvia:"Si está amaestrado,¿por qué lo encadenan?".
No recuerdo haber recibido ninguna respuesta coherente.
Con el tiempo,me olvidé del misterio del elefante y la estaca...
Hace algunos años,descubrí que,por suerte para mí,alguien había sido lo suficientemente sabio como para encontrar la respuesta:

"El elefante del circo no escapa porque ha estado atado a una estaca parecida desde que era muy,muy pequeño".

Cerré los ojos e imaginé al indefenso elefante recién nacido sujeto a la estaca.Estoy seguro de que,en aquel momento el elefantito empujó,tiró y sudó tratando de soltarse.Y,a pesar de sus esfuerzos,no lo consiguió,porque aquella estaca era demasiado dura para él.
Imaginé que se dormía agotado y al día siguiente lo volvía a intentar,y al otro día y al otro...Hasta que,un día,un día terrible para su historia,el animal aceptó su impotencia y se resignó a su destino.

Ese elefante enorme y poderoso que vemos en el circo no escapa,porque,pobre,cree que no puede.

Tiene grabado el recuerdo de la impotencia que sintió poco después de nacer.
Y lo peor es que jamás se ha vuelto a cuestionar seriamente ese recuerdo.
Jamás,jamás intentó volver a poner a prueba su fuerza.

Todos somos un poco como el elefante del circo:vamos por el mundo atados a cientos de estacas que nos restan libertad.

Vivimos pensando que "no podemos" hacer montones de cosas,simplemente porque una vez,hace tiempo lo intentamos y no lo conseguimos.
Hicimos entonces lo mismo que el elefante,y grabamos en nuestra memoria este mensaje:No puedo,no puedo y nunca podré.

Hemos crecido llevando este mensaje que nos impusimos a nosotros mismos y por eso nunca más volvimos a intentar liberarnos de la estaca.

Cuando,a veces,sentimos los grilletes y hacemos sonar las cadenas,miramos de reojo la estaca y pensamos:"No puedo y nunca podré".

Ésto es lo que te pasa,vives condicionado por el recuerdo de una persona que ya no existe en tí,que no pudo.

Tu única manera de saber si puedes es intentarlo de nuevo poniendo en ello todo tu corazón...¡¡¡Todo tu corazón!!!.
JORGE BUCAY.

sábado, 24 de septiembre de 2011

Bokuden y sus hijos



Bokuden, gran Maestro de sable, recibió un día la visita de un colega. Con el fin de presentar a sus tres hijos a su amigo, y mostrar el nivel que habían alcanzado siguiendo su enseñanza. 

Bokuden preparó una pequeña estratagema: colocó un jarro sobre el borde de una puerta deslizante de manera que cayera sobre la cabeza de aquel que entrara en la habitación. Tranquilamente sentado con su amigo, ambos frente a la puerta, Bokuden llamó a su hijo mayor. 

Cuando éste se encontró delante de la puerta, se detuvo en seco. Después de haberla entreabierto cogió el vaso antes de entrar. Entró cerró detrás de él, volvió a colocar el jarro sobre el borde de la puerta y saludó a los Maestros. - Este es mi hijo mayor – dijo Bokuden sonriendo -, ya ha alcanzado un buen nivel y va camino de convertirse en Maestro. 

A continuación llamó a su segundo hijo. Este deslizo la puerta y comenzó a entrar. Esquivando por los pelos el jarro que estuvo a punto de caerle sobre el cráneo, consiguió atraparlo al vuelo. - Este es mi segundo hijo – explicó al invitado -, aún le queda un largo camino que recorrer.

El tercero entró precipitadamente y el jarro le cayó pesadamente sobre el cuello, pero antes de que tocara el suelo, desenvainó su sable y lo partió en dos.

- Y este – respondió el Maestro – es mi hijo menor. Es la vergüenza de la familia, pero aún es joven.


viernes, 23 de septiembre de 2011

Anciana



La pequeña, bien perfumada y orgullosa anciana de 92 años, completamente vestida cada mañana a las 8 en punto con su cabello arreglado a la moda y el maquillaje perfectamente aplicado, aunque es legalmente ciega, se muda hoy a un asilo.

Su esposo de 70 años murió recientemente, lo que motivó la mudanza.

Después de muchas horas de esperar pacientemente en el recibidor del asilo, sonrió dulcemente cuando se le dijo que su cuarto estaba listo.

Mientras se desplazaba con su andador hacia el ascensor, le di una descripción detallada de su pequeño cuarto, incluyendo las cortinas que colgaban de su ventana.

-"Me encanta" afirmó con el entusiasmo de un niño de 8 años al que le acaban de entregar una nueva mascota.

-"Sra. Jones, no ha visto el cuarto... espere".

-"Eso no importa", respondió. "La felicidad es algo que decides con el tiempo. Si me gusta o no mi cuarto no depende de cómo estén arreglados los muebles... Depende de cómo arregle mi mente. Ya decidí que me gusta...."
Es una decisión que hago cada mañana cuando me levanto. Tengo la elección, puedo pasar el día en la cama repasando la dificultad que tengo con las partes de mi cuerpo que no funcionan, o salir de la cama y estar agradecida por las partes que sí funcionan"."

"Cada día es un regalo, y mientras se abran mis ojos, me enfocaré en el nuevo día y los recuerdos felices que he almacenado... sólo por ésta vez en mi vida.

La vejez es como una cuenta de banco... tú retiras de ella lo que has depositado. Así que mi consejo sería que deposites una gran cantidad de felicidad en la cuenta de tu memoria.

Recuerda las 5 simples reglas para ser feliz:
1. Libera tu corazón del odio
2. Libera tu mente de preocupaciones.
3. Vive sencillamente
4. Da más
5. Espera menos.

ENVEJECER ES OBLIGATORIO, CRECER ES OPCIONAL


jueves, 22 de septiembre de 2011

Cambiar de estrategia



Dicen que, una vez, había un ciego sentado en un parque, con una gorra a sus pies y un cartel en el que, escrito con tiza blanca, decía: "POR FAVOR AYÚDEME, SOY CIEGO".

Un creativo de publicidad que pasaba frente a él, se detuvo y observó unas pocas monedas en la gorra. Sin pedirle permiso tomó el cartel, le dio la vuelta, tomó una tiza y escribió otro anuncio. Volvió a poner el pedazo de madera sobre los pies del ciego y se fue.

Por la tarde el creativo volvió a pasar frente al ciego que pedía limosna. Ahora su gorra estaba llena de billetes y monedas.

El ciego reconociendo sus pasos le preguntó si había sido él quien re-escribió su cartel y sobre todo, qué que era lo que había escrito allí.

El publicista le contestó: -"Nada que no sea tan cierto como tu anuncio, pero con otras palabras".

Sonrió y siguió su camino. El ciego nunca lo supo, pero su nuevo cartel decía: "ESTAMOS EN PRIMAVERA, Y... YO NO PUEDO VERLA"

Moraleja: 

Cambiemos de estrategia 
cuando algo no nos sale, 
y verás que puede que resulte mejor 
de esa manera.


miércoles, 21 de septiembre de 2011

Aprender a pensar



Sir Ernest Rutherford, presidente de la Sociedad Real Británica y Premio  Nobel de Química en 1908, contaba la siguiente anécdota: 

Hace algún tiempo, recibí la llamada de un colega. Estaba a punto de poner un cero a un estudiante por la respuesta que había dado en un problema de física, pese a que éste afirmaba con rotundidad que su respuesta era absolutamente acertada. Profesores y estudiantes acordaron pedir arbitraje de alguien imparcial y fui elegido yo. 

Leí la pregunta del examen y decía: Demuestre como es posible determinar la altura de un edificio con la ayuda de un barómetro. El estudiante había respondido: lleva el barómetro a la azotea del edificio y átale una cuerda muy larga. Descuélgalo hasta la base del edificio, marca y mide. La longitud de la cuerda es igual a la longitud del edificio. 

Realmente, el estudiante había planteado un serio problema con la resolución del ejercicio, porque había respondido a la pregunta correcta y completamente. 

Por otro lado, si se le concedía la máxima puntuación, podría alterar el promedio de su ano de estudios, obtener una nota mas alta y así certificar su alto nivel en física; pero la respuesta no confirmaba que el estudiante tuviera ese nivel. 

Sugerí que se le diera al alumno otra oportunidad. Le concedí seis minutos para que me respondiera la misma pregunta pero esta vez con la advertencia de que en la respuesta debía demostrar sus conocimientos de física. 

Habían pasado cinco minutos y el estudiante no había escrito nada. Le pregunte si deseaba marcharse, pero me contesto que tenia muchas respuestas al problema. Su dificultad era elegir la mejor de todas. Me excuse por interrumpirle y le rogué que continuara. 

En el minuto que le quedaba escribió la siguiente respuesta: coge el barómetro y lánzalo al suelo desde la azotea del edificio, calcula el tiempo de caída con un cronometro. Después se aplica la formula altura = 0,5 por A por T2. Y así obtenemos la altura del edificio. En este punto le pregunte a mi colega si el estudiante se podía retirar. Le dio la nota mas alta. 

Tras abandonar el despacho, me reencontré con el estudiante y le pedí que me contara sus otras respuestas a la pregunta. Bueno, respondió, hay muchas maneras, por ejemplo, coges el barómetro en un día soleado y mides la altura del barómetro y la longitud de su sombra. Si medimos a continuación la longitud de la sombra del edificio y aplicamos una simple proporción, obtendremos también la altura del edificio. 

Perfecto, le dije, ¿y de otra manera? Si, contestó, este es un procedimiento muy básico: para medir un edificio, pero también sirve. En este método, coges el barómetro y te sitúas en las escaleras del edificio en la planta baja. Según subes las escaleras, vas marcando la altura del barómetro y cuentas el numero de marcas hasta la azotea. Multiplicas al final la altura del barómetro por el numero de marcas que has hecho y ya tienes la altura. Este es un método muy directo. 

Por supuesto, si lo que quiere es un procedimiento mas sofisticado, puede atar el barómetro a una cuerda y moverlo como si fuera un péndulo. Si calculamos que cuando el barómetro esta a la altura de la azotea la gravedad es cero y si tenemos en cuenta la medida de la aceleración de la gravedad al descender el barómetro en trayectoria circular al pasar por la perpendicular del edificio, de la diferencia de estos valores, y aplicando una sencilla formula trigonométrica, podríamos calcular, sin duda, la altura del edificio. 

En este mismo estilo de sistema, atas el barómetro a una cuerda y lo descuelgas desde la azotea a la calle. Usándolo como un péndulo puedes calcular la altura midiendo su periodo de precesión. En fin, concluyó, existen otras muchas maneras. Probablemente, la mejor sea coger el barómetro y golpear con el la puerta de la casa del conserje. Cuando abra, decirle: señor conserje, aquí tengo un bonito barómetro. Si usted me dice la altura de este edificio, se lo regalo. En este momento de la conversación, Niels no conocía la respuesta convencional al problema (la diferencia de presión marcada por un barómetro en dos lugares diferentes nos proporciona la diferencia de altura entre ambos lugares) evidentemente, dijo que la conocía, pero que durante sus estudios, sus profesores habían intentado enseñarle a pensar.

El estudiante se llamaba Niels Bohr, físico danés, premio Nobel de Física en 1922, mas conocido por ser el primero en proponer el modelo de átomo con protones y neutrones y los electrones que lo rodeaban. Fue fundamentalmente un innovador de la teoría cuántica. Al margen del personaje, lo divertido y curioso de la anécdota, lo esencial de esta historia es que LE HABÍAN ENSEÑADO A PENSAR.

Por cierto, para los escépticos, esta historia es absolutamente verídica.


martes, 20 de septiembre de 2011

Las respuestas de Dios



Un hombre se perdió en el desierto. Y más tarde, refiriendo su experiencia a sus amigos, les contó como, absolutamente desesperado, se había puesto de rodillas y había implorado ayuda a Dios.

«¿Y respondió Dios a tu plegaria?», le preguntaron. «!Oh, no!. Antes de que pudiera hacerlo, apareció un explorador y me indicó el camino.»

lunes, 19 de septiembre de 2011

No ofrezca resistencia



De William Penn se cuenta una anécdota maravillosa. Desde la infancia, William Penn estaba habituado a portar una espada a toda hora, porque en su época, esa arma formaba parte del atuendo de un caballero. 



Un día, se le ocurrió que la espada era incongruente con sus creencias cuáqueras, pero por otra parte sabía que se sentiría muy avergonzado de no llevarla.

Consultó a George Fox, aunque no dudaba que su líder le diría: “Es algo malo. Debes dejar de usarla.”

Sin embargo, George Fox no le dio esa respuesta. Fox guardó silencio por un momento, y al cabo dijo: “Lleva tu espada hasta que no puedas llevarla más.

Aproximadamente un año después, Penn advirtió que llevar la espada sería más vergonzoso que andar sin ella, y le resultó muy fácil dejar de usarla.


domingo, 18 de septiembre de 2011

En que se ocupa Dios



Cierta vez un rey, ya anciano, pensó que en su vida había visto todo lo que deseaba, solamente le faltaba ver a Dios. Llamó a sus sabios y consejeros, y les ordenó que le hicieran ver a Dios. Aquellos le respondieron que era imposible cumplir tal orden. Él los amenazó con duros castigos.

En el campo, un pastor de ovejas se enteró del deseo del rey y de sus amenazas. Llegó hasta el palacio e hizo avisar al rey que él haría posible que viera a Dios. Una vez en la presencia del monarca, éste le preguntó si era capaz de mostrarle a Dios. El pastor le dijo que si quería ver a Dios, tenía que salir al patio, con él, al mediodía. Así lo hicieron. El pastor le indicó entonces que, durante un minuto mirara fijamente el sol. El rey trató de mirarlo, pero no pudo, y protestó creyendo que el propósito del pastor era que quedara ciego. Entonces el pastor replicó:

-Señor, el sol es una de las obras de Dios, y no de las más grandes. Si Ud. no puede mirar directamente una de las obras de Dios, ¿cómo pretende ver al Creador del sol?

El rey reconoció que tenía razón y desistió de su propósito.

-Sin embargo -agregó- tengo una pregunta que formularte. ¿Qué había antes de Dios?

-Para obtener la respuesta -dijo el pastor- debe contar en forma regresiva a partir del número 10.

El rey contó: diez, nueve, ocho, siete, seis, cinco, cuatro, tres, dos, uno.

El pastor pidió que siguiera contando. El rey, fastidiado, dijo:

-¡No hay más números!

El pastor agregó:

-Tiene razón. De la misma manera, el Uno es Dios. Con el comienza todo, antes de él no hubo nada.

El rey quedó conforme con la respuesta, pero le hizo otra pregunta.

-¿En qué se ocupa Dios?

El pastor le contestó:

-Para saber eso, su majestad debe quitarse sus ropas reales y dármelas.

El rey se quitó sus ropas, las entregó al pastor, quien se vistió con ellas y pasó sus ropas pastoriles al rey, pidiéndole que se vistiera con ellas. El rey preguntó:

-¿Qué más debo hacer?

El pastor le respondió:

-Ahora tiene que bajar del trono y sentarse en el piso.

El rey así lo hizo. Entonces el pastor se sentó en el trono y declaró:

-La ocupación de Dios consiste en ensalzar a los humildes y humillar a los soberbios.

sábado, 17 de septiembre de 2011

El hijo más sagaz



Una historia de Etiopía nos presenta a un anciano que, en su lecho de muerte, llamo a sus tres hijos y les dijo:

- No puedo dividir en tres los que poseo. Eso dejaría muy pocos bienes a cada uno de vosotros. He decidido dar todo lo que tengo, como herencia, al que se muestre mas hábil, mas inteligente, mas astuto, mas sagaz. Dicho de otra forma, a mi mejor hijo. He dejado encima de la mesa una moneda para cada uno de vosotros. Tomadla. El que compre con esa moneda algo con lo que llenar la casa se quedara con todo.

Se fueron.

El primer hijo compró paja, pero solo consiguió llenar la casa hasta la mitad.

El segundo hijo compró sacos de pluma, pero no consiguió llenar la casa mucho mas que el anterior.

El tercer hijo -que consiguió la herencia- solo compro un pequeño objeto. Era una vela. Esperó hasta la noche, encendió la vela y llenó la casa de luz.


viernes, 16 de septiembre de 2011

El rey y el bien



Érase una vez un rey que, oyendo de la existencia de un sabio, lo mandó traer para que fuera su consejero. Comenzó el rey de llevarlo siempre a su lado y consultarlo sobre cada acontecimiento de importancia en el reino. El consejo principal del sabio era siempre: "Todo lo que pasa es siempre para bien". No pasó mucho tiempo antes que el rey se cansara de oír la misma cosa una y otra vez.

El rey amaba cazar. Un día mientras cazaba, el rey se dió un tiro en un pie. Presa de su dolor, se volvió hacia su consejero - siempre a su lado-- para pedirle su opinión. Y el consejero respondió como siempre: "Todo lo que pasa es siempre para bien."

Se sumó su coraje a su dolor, y el rey ordenó la prisión para el consejero.

Esa noche, el rey bajó a la prisión para ver al consejero, y le preguntó que sentía acerca de estar en la cárcel. El consejero respondió como siempre: "Todo lo que pasa es siempre para bien." Esto sólo enfureció más al rey y dejó al sabio en la prisión.

Un mes más tarde, salió el rey otra vez a cazar. Pero se fue demasiado adelante de sus acompañantes y fue capturado por una tribu hostil. Los nativos lo llevaron a su pueblo para ser sacrificado para los dioses. Por sus tradiciones, solamente ofrendas perfectas son aceptables a los dioses y el rey parecía un espécimen excepcional.

Pero al siguiente día, cuando llegaron los nativos para llevarlo al sacrificio, al inspeccionarlo descubrieron la cicatriz en su pie y tuvieron que rechazarlo para el sacrificio. Lo soltaron y se fue como flecha para su reino - dándose cuenta de lo que le decía su consejero: "Todo es siempre para bien."

El rey llegó a liberar al consejero quien, al escuchar sus aventuras, le señaló que bien que lo había encarcelado porque ya que siempre estaba a su lado y no tenia imperfecciones, lo hubieran sacrificado en el lugar del rey.

La cuestión para ti es de enfoque: te vas a enfocar en lo "malo" que te pasa, o vas a buscar y abrirte a lo "bueno" que trae consigo.


jueves, 15 de septiembre de 2011

El hombre y el mundo




Un científico, que vivía preocupado con los problemas del mundo, estaba resuelto a encontrar los medios para aminorarlos.

Pasaba días en su laboratorio en busca de respuestas para sus dudas.

Cierto día, su hijo de 7 años invadió su santuario decidido a ayudarlo a trabajar. El científico, nervioso por la interrupción, le pidió al niño que fuese a jugar a otro lado.Viendo que era imposible sacarlo, el padre pensó en algo que pudiese darle con el objetivo de distraer su atención.

De repente se encontró con una revista, en donde había un mapa con el mundo, justo lo que precisaba. Con unas tijeras recorto el mapa en varios pedazos y junto con un rollo de cinta se lo entregó a su hijo diciendo: "como te gustan los rompecabezas, te voy a dar el mundo todo roto para que lo repares sin ayuda de nadie". 

Entonces calculó que al pequeño le llevaría 10 días componer el mapa, pero no fue así.

Pasadas algunas horas, escuchó la voz del niño que lo llamaba calmadamente."Papá, papá, ya hice todo, conseguí terminarlo.

"Al principio el padre no creyó en el niño.

Pensó que sería imposible que, a su edad haya conseguido recomponer un mapa que jamás había visto antes. Desconfiado, el científico levantó la vista de sus anotaciones con la certeza de que vería el trabajo digno de un niño. Para su sorpresa, el mapa estaba completo.

Todos los pedazos habian sido colocados en sus debidos lugares. ¿Cómo era posbile? ¿Cómo el niño había sido capaz?- 

Hijito, tu no sabías cómo era el mundo, ¿cómo lo lograste?- 

Papá, yo no sabía com era el mundo, pero cuando sacaste el mapa de la revista para recortarlo, vi que del otro lado estaba la figura de un hombre. Así que di vuelta los recortes y comencé a recomponer al hombre, que sí sabía como era. Cuando conseguí arreglar al hombre, di vuelta la hoja y vi que había arreglado al mundo.


miércoles, 14 de septiembre de 2011

Amor sin ataduras



Cuenta una vieja leyenda de los indios Sioux, que una vez llegaron hasta la tienda del viejo brujo de la tribu, tomados de la mano, Toro Bravo, el más valiente y honorable de los jóvenes guerreros, y Nube Azul, la hija del cacique y una de las más hermosas mujeres de la tribu....

-Nos amamos...- empezó el joven

-Y nos vamos a casar....- dijo ella.

-Y nos queremos tanto que tenemos miedo, queremos un hechizo, un conjuro, o un talismán. Algo que nos garantice que podremos estar siempre juntos, que nos asegure que estaremos uno al lado del otro hasta encontrar la muerte.

-Por favor, -repitieron - hay algo que podamos hacer?

El viejo los miró y se emocionó al verlos tan jóvenes, tan enamorados.y tan anhelantes esperando su palabra...

-Hay algo,-dijo el viejo- pero no sé.....es una tarea muy difícil y sacrificada.

Nube Azul...-dijo el brujo- ¿ves el monte al norte de nuestra aldea? Deberás escalarlo sola y sin más armas que una red y tus manos, deberás cazar el halcón más hermoso y vigoroso del monte. Si lo atrapas, deberás traerlo aquí con vida el tercer día después de luna llena. ¿Comprendiste?

-Y tú, Toro Bravo -siguió el brujo- deberás escalar la montaña del trueno. Cuando llegues a la cima, encontrarás la más brava de todas las águilas, y solamente con tus manos y una red, deberás atraparla sin heridas y traerla ante mí, viva, el mismo día en que vendrá Nube Azul. ¡Salgan ahora!

Los jóvenes se abrazaron con ternura y luego partieron a cumplir la misión encomendada, ella hacia el norte y él hacia el sur.

El día establecido, frente a la tienda del brujo, los dos jóvenes esperaban con las bolsas que contenían las aves solicitadas.

El viejo les pidió que con mucho cuidado las sacaran de las bolsas.

Eran verdaderamente hermosos ejemplares.

-Y ahora ¿qué haremos?, -preguntó el joven- ¿los mataremos y beberemos el honor de su sangre?

-No - dijo el viejo.

-¿Los cocinaremos y comeremos su carne?- propuso la joven.

-No -repitió el viejo. Harán lo que les digo: tomen las aves y átenlas entre sí por las patas con estas tiras de cuero. Cuando las hayan anudado, suéltenlas y que vuelen libres...

El guerrero y la joven hicieron lo que se les pedía y soltaron los pájaros. El águila y el halcón intentaron levantar vuelo pero sólo consiguieron revolcarse por el piso. Unos minutos después, irritadas por la incapacidad, las aves arremetieron a picotazos entre sí hasta lastimarse.

Este es el conjuro. Jamás olviden lo que han visto. Son ustedes como un águila y un halcón. Si se atan el uno al otro, aunque lo hagan por amor, no sólo vivirán arrastrándose, sino que además, tarde o temprano, empezarán a lastimarse el uno al otro.

SI QUIEREN QUE EL AMOR PERDURE........ 
"VUELEN JUNTOS, PERO JAMÁS ATADOS"

martes, 13 de septiembre de 2011

Amar la vida



Un profesor fue invitado a dar una conferencia en una base militar, y en el aeropuerto lo recibió un soldado llamado Ralph.
Mientras se encaminaban a recoger el equipaje, Ralph se separó del visitante en tres ocasiones: primero para ayudar a una anciana con su maleta; luego para cargar a dos pequeños a fin de que pudieran ver a Santa Claus, y después para orientar a una persona. Cada vez regresaba con una sonrisa en el rostro.

"¿Dónde aprendió a comportarse así?", le preguntó el profesor. 

"En la guerra", contestó Ralph.

Entonces le contó su experiencia en Vietnam. Allá su misión había sido limpiar campos minados. Durante ese tiempo había visto cómo varios amigos suyos, uno tras otro, encontraban una muerte prematura.

"Me acostumbré a vivir paso a paso" -explicó. "Nunca sabía si el siguiente iba a ser el último; por eso tenía que sacar el mayor provecho posible del momento que transcurría entre alzar un pie y volver a apoyarlo en el suelo. Me parecía que cada paso era toda una vida".

Nadie puede saber lo que habrá de suceder mañana. Qué triste sería el mundo si lo supiéramos. Toda la emoción de vivir se perdería, nuestra vida sería como una película que ya vimos.

Ninguna sorpresa, ninguna emoción. Pienso que lo que se requiere es ver la vida como lo que es: una gran aventura.

Al final, no importará quién ha acumulado más riqueza ni quién ha llegado más lejos. Lo único que importará es quién lo disfrutó más.

Ama más quien más ha servido, porque aprecia su vida y la de los demás.


lunes, 12 de septiembre de 2011

Ama sin condición



Una historia que fue contada por un soldado que pudo regresar a casa después de haber peleado en la guerra de Vietnam:

Un soldado le habló a sus padres desde San Francisco.

- "Mamá, Papá. Voy de regreso a casa, pero les tengo que pedir un favor:
Traigo a un amigo que me gustaría que se quedara con nosotros."

- "Claro," le contestaron, "Nos encantaría conocerlo."

- "Hay algo que deben de saber", - el hijo siguió diciendo, "él fue herido en la guerra. Pisó en una mina de tierra y perdió un brazo y una pierna. Él no tiene a donde ir, y quiero que se venga a vivir con nosotros a casa."

- "Siento mucho el escuchar eso hijo. A lo mejor podemos encontrar un lugar en dónde él se pueda quedar."

- "No, Mamá y Papá, yo quiero que él viva con nosotros."

- "Hijo," le dijo el padre, "tú no sabes lo que estás pidiendo. Alguien que esté tan limitado físicamente puede ser un gran peso para nosotros.
Nosotros tenemos nuestras propias vidas que vivir, y no podemos dejar que algo como ésto interfiera con nuestras vidas. Yo pienso que tú deberías de regresar a casa y olvidarte de esta persona. Él encontrará una manera en la que pueda vivir él solo."

En ese momento el hijo colgó la bocina del teléfono. Los padres ya no volvieron a escuchar de él. Unos cuantos días después, los padres recibieron una llamada telefónica de la policía de San Francisco. Su hijo había muerto después de haber caído de un edificio, fue lo que les dijeron. La policía creía que fue un suicidio.

Los padres destrozados por la noticia volaron a San Francisco y fueron llevados a la morgue de la ciudad para identificar a su hijo. Ellos lo reconocieron, para su horror descubrieron algo que no sabían, su hijo tan solo tenía un brazo y una pierna.


domingo, 11 de septiembre de 2011

El niño y su sombra



El niño de un pueblecito griego tenía que ir a la escuela de un pueblo vecino, a una hora de camino a pie. Su madre le llevo el primer día de clases y para llegar a tiempo salieron de su casa al amanecer.

Cuando habían recorrido apenas 300 metros, el niño olvidó el propósito de aquella excursión y quedo abstraído ante su propia sombra, que hacía que el niño se sintiera un gigante de 30 metros de altura.

De pronto, la madre se detuvo y mirándole directamente a los ojos le aconsejó: No contemples tu sombra al amanecer, hijo... mírala sólo al mediodía.


sábado, 10 de septiembre de 2011

Cada uno da de lo que posee




Una persona perversa
resuelve hacer un presente a
una persona pobre por su aniversario
e irónicamente manda preparar
una bandeja llena de basura y desperdicios.
En presencia de todos,
manda entregar el presente,
que es recibido con alegría
por el agasajado.
Gentilmente,
el agasajado agradece
y pide que lo espere un instante,
ya que le gustaría poder
retribuir la gentileza.
Tira la basura,
lava la bandeja,
la cubre de flores,
y la devuelve con un papel, donde dice:
“Cada uno da lo que posee”.


viernes, 9 de septiembre de 2011

El anciano, el niño y el burro



Erase una vez un anciano y un niño que viajaban con un burro e iban de pueblo en pueblo.


Llegaron a una aldea caminando junto con el asno, y al pasar por ahí, un grupo de jóvenes se burló de ellos.


- ¡Que par de tontos!……Tienen un burro y, en lugar de montarlo, van los dos caminando. Por lo menos, el viejo podría subirse al burro-.


El anciano dijo: -Tienen razón, hijo-. A lo que el niño respondió: -Móntese usted, abuelo, que usted está más cansado-.


El anciano se subió al burro y prosiguieron la marcha.


Llegaron a otro pueblo y al atravesarlo, una vecina se molestó mucho cuando vió al adulto sobre el burro y al niño caminando al lado. -¡Parece mentira!…El viejo sentado y el pobre niño caminando. ¿Cómo no le da vergüenza?-.


El anciano dijo: -Tiene razón, hijo. Yo estoy aquí tan cómodo y tu…-.


A lo que el niño respondió: -Pero, abuelo, si yo no estoy cansado…-.


Y el anciano dijo: -Cambiemos. Móntate tú ahora en el burro-.


El anciano y el niño intercambiaron sus puestos y siguieron su camino hasta llegar a la siguiente aldea.


Un señor que los ve llegar replica: -¡El colmo!…Vengan a ver esto vecinos… El joven montado en el burro y el pobre anciano, que no puede con su alma, caminando.


Entonces el anciano le dice al niño: -Vamos a hacer una cosa, hijo-.


Niño: -Dígame abuelo-.


Anciano: -Tú pesas poco. Creo que el animal puede con nosotros dos-.


El burro avanzaba sin problemas llevando al niño y al abuelo sobre el lomo. Pero cuando cruzaron junto a un grupo de campesinos…..


Mujer: -¡Tengan compasión, caramba ! …..¡Van a reventar a ese pobre animalito!-.


Anciano: -Ya no se que hacer, hijo… Pero tienen razón, porque el burrito debe estar desfallecido…-.
Niño: -¿Y si lo cargamos abuelo?-


Anciano: -¿Cargar al burro?….Ta vez podamos…-.


Y así llegaron al siguiente publeo, el anciano y el niño con el burro sobre sus hombros.


Joven: -Ja j aja, ¡Nunca vimos gente tan boba!… Tienen un burro y, en lugar de montarse sobre él, lo llevan a cuestas…. ¡Que tontos!-.


Si te dejas guiar por las opiniones de los demás, acabarás como el anciano y el niño de este cuento, sin burro y sin llegar a ninguna parte. No hagas caso al que dirán. Escucha únicamente la voz de tu corazón.



jueves, 8 de septiembre de 2011

El corazón más hermoso.



Un día, un hombre joven se situó en el centro de su poblado y proclamó, que él poseía el corazón más hermoso de toda la comarca.

Una gran multitud se congregó a su alrededor y todos admiraron y confirmaron que su corazón era perfecto, pues no se observaban en él ni magulladuras ni rasguños. Sí, coincidieron todos, sin duda era el corazón más hermoso que jamás habían visto.

Al verse admirado, el joven se sintió más orgulloso aun y con mayor fervor aseguró poseer el corazón más hermoso de todo el vasto lugar. De pronto un anciano se acercó y dijo:

"¿Por qué dices eso, si tu corazón no es ni aproximadamente tan hermoso como el mío?"

Sorprendidos la multitud y el joven miraron el corazón del viejo y vieron que, si bien latía vigorosamente, éste estaba cubierto de cicatrices y hasta había zonas donde faltaban trozos y éstos habían sido reemplazados por otros que no encastraban perfectamente en el lugar, pues se veían bordes y aristas irregulares en su derredor.

Es más, había lugares con huecos, donde faltaban trozos profundos. La mirada de la gente se sobrecogió...¿como puede él decir que su corazón es más hermoso?, pensaron.

El joven contempló el corazón del anciano y al ver su estado desgarbado, se echó a reír.

"Debes estar bromeando," dijo. "Compara tu corazón con el mío... El mío es perfecto. En cambio el tuyo es un conjunto de cicatrices y dolor."

"Es cierto," dijo el anciano, "tu corazón luce perfecto, pero yo jamás me involucraría contigo... Mira, cada cicatriz representa una persona a la cual entregué todo mi amor.

Arranqué trozos de mi corazón para entregárselos a cada uno de aquellos que he amado. Muchos a su vez, me han obsequiado un trozo del suyo, que he colocado en el lugar que quedó abierto.
Como las piezas no eran iguales, quedaron los bordes por los cuales me alegro, porque al poseerlos me recuerdan el amor que hemos compartido."

"Hubo oportunidades, en las cuales entregué un trozo de mi corazón a alguien, pero esa persona no me ofreció un poco del suyo a cambio. De ahí quedaron los huecos. Dar amor es arriesgar, pero a pesar del dolor que esas heridas me producen al haber quedado abiertas, me recuerdan que los sigo amando y alimentan la esperanza, que algún día tal vez regresen y llenen el vacío que han dejado en mi corazón."


"Comprendes ahora lo que es verdaderamente hermoso?"

El joven permaneció en silencio, lágrimas corrían por sus mejillas. Se acercó al anciano, arrancó un trozo de su hermoso y joven corazón y se lo ofreció.

El anciano lo recibió y lo colocó en su corazón, luego a su vez arrancó un trozo del suyo ya viejo y maltrecho y con él tapó la herida abierta del joven.

La pieza se amoldó, pero no a la perfección. Al no haber sido idénticos los trozos, se notaban los bordes.

El joven miró su corazón que ya no era perfecto, pero lucía mucho más hermoso que antes, porque el amor del anciano fluía en su interior.

miércoles, 7 de septiembre de 2011

Busco a Dios



Un joven inquieto se presentó a un sacerdote y le dijo: -'Busco a Dios'.

El reverendo le echó un sermón, que el joven escuchó con paciencia. Acabado el sermón, el joven marchó triste en busca del obispo.

-'Busco a Dios', le dijo llorando al obispo.

Monseñor le leyó una pastoral que acababa de publicar en el boletín de la diócesis y el joven oyó la pastoral con gran cortesía, pero al acabar la lectura se fue angustiado al papa a pedirle:

-'Busco a Dios'.

Su santidad se dispuso a resumirle su última encíclica, pero el joven rompió en sollozos sin poder contener la angustia.

-'¿Por qué lloras?', le preguntó el papa totalmente desconcertado.

-'Busco a Dios y me dan palabras' dijo el joven apenas pudo recuperarse.

Aquella noche, el sacerdote, el obispo y el papa tuvieron un mismo sueño. Soñaron que morían de sed y que alguien trataba de aliviarles con un largo discurso sobre el agua.

martes, 6 de septiembre de 2011

No te pude esperar

Una vez un hombre muy afortunado había conseguido la mejor entrevista de su vida: Iba a entrevistar ni más ni menos que a Dios.

Esa tarde el hombre llegó a su casa dos horas antes, se arregló con sus mejores ropas, lavó su automóvil e inmediatamente salió de su hogar. Manejó por la avenida principal rumbo a su cita, pero en el trayecto cayó un chubasco que
produjo un embotellamiento de transito y quedó parado. El tiempo transcurría, eran las 7:30 y la cita era a las 8:00 p.m.

Repentinamente le tocaron el cristal de la ventanilla y al voltear vio a un chiquillo de unos nueve años ofreciéndole su cajita llena de chicles (goma de mascar). El hombre sacó algún dinero de su bolsillo y cuando lo iba a entregar
al niño ya no lo encontró. Miró hacia el suelo y ahí estaba, en medio de un ataque de epilepsia.

El hombre abrió la portezuela e introdujo al niño como pudo al automóvil.

Inmediatamente buscó como salir del embotellamiento y lo logró, dirigiéndose al
hospital de la Cruz Roja más cercano. Ahí entregó al niño, y después de pedir que lo atendiesen de la mejor forma posible, se disculpó con el doctor y salió corriendo para tratar de llegar a su cita con Dios.

Sin embargo, el hombre llegó 10 minutos tarde y Dios ya no estaba. El hombre se ofendió y le reclamó al cielo: "Dios mío, pero tú te diste cuenta, no llegué a tiempo por el niño, no me pudiste esperar. ¿Qué significan 10 minutos para un ser eterno como tú?"

Desconsolado se quedó sentado en su automóvil; de pronto lo deslumbró una luz y vio en ella la carita del niño a quien auxilió. Vestía el mismo suetercito deshilachado, pero ahora tenía el rostro iluminado de bondad.

El hombre, entonces, escuchó en su interior una voz:

Hijo mío, no te pude esperar... y salí a tu encuentro.

lunes, 5 de septiembre de 2011

La flor y el sapo



En un jardin vivia una bella flor. Un dia vino al jardin un sapo que cuando paso y la vio quedo admirado de su belleza y le dijo:

Eres la mas bella de todas las flores.

Ella respondió:

Si lo soy pero tu eres un sapo muy feo. Vete del jardín. 

El sapo muy triste se fue. Pasaron los días y hubo una tormenta muy fuerte; la flor perdió su belleza a causa de la lluvia y los insectos que comieron sus pétalos. Pasado un tiempo el sapo volvió y al ver a la flor tan fea le dijo:

Todos somos importantes y necesitamos del otro, no importa la apariencia. Si tu me permites quedarme en el jardin los insectos nunca mas te molestaran y serás siempre bella. La flor muy arrepentida le dijo:

Puedes quedarte a cuidar el jardin ya no me burlare de ti.

Y desde ese dia el sapo y la flor son los mejores amigos del jardin.