martes, 29 de mayo de 2012



Iba yo por un camino, cuando una voz de mujer detrás de mí me dijo:
- ¿Me conoces?

Me volví y le contesté:
- No recuerdo tu nombre.

Ella me dijo:
- Yo soy aquella Tristeza profunda que sufriste hace tiempo.

Sus ojos se parecían a la mañana cuando el rocío está todavía en el aire.

Permanecí en silencio y luego le pregunté:
- ¿Has perdido aquella carga inmensa de lágrimas?

Ella sonrió sin contestarme.
Comprendí que sus lágrimas habían tenido tiempo
de aprender el lenguaje de las sonrisas.

Me recordó:
- Una vez aseguraste que conservarías tu tristeza para siempre.

Avergonzado, respondí:
- Es verdad, pero los años han pasado.

Después, con su mano entre las mías, le dije:
- Pero tú también has cambiado.

Entonces, ella me contestó, serena:
- Debes saber que lo que un día fue Tristeza es ahora Paz.

Rabindranath Tagore

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