viernes, 25 de mayo de 2012

Las dos perlas



Un maestro espiritual estaba meditando a la orilla del río, cuando llegó un discípulo y le dio dos enormes perlas, como prueba de respeto y devoción.

El santo hombre abrió los ojos y tomó una de ellas con tan poco cuidado, que ésta rodó hasta caer al río.

Horrorizado, el discípulo se zambulló en el agua para recuperarla. Buceó sin tregua hasta la noche pero no consiguió dar con ella.

Al fin, completamente empapado y exhausto, saco al maestro de su meditación y le dijo:

"Tu viste donde cayó. Indícame el lugar exacto para que yo pueda encontrarla"

El maestro tomó la otra perla, la lanzo al río y dijo: "Justo allí".


"Lo que para nosotros es valioso,
 no necesariamente lo es para los demás". 

(R. Sotillo)




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