sábado, 6 de noviembre de 2010

El maestro zen y el cristiano



El maestro Zen y el cristiano

Una vez visitó un cristiano a un maestro Zen y le dijo: 

"Permíteme que te lea algunas frases del Sermón de la Montaña".

"Las escucharé con sumo gusto", replicó el maestro.

El cristiano leyó unas cuantas frases y se le quedó mirando. 

El maestro sonrió y dijo: "Quienquiera que fuese el que dijo esas palabras, ciertamente fue un hombre iluminado".

Esto agradó al cristiano, que siguió leyendo. 

El Maestro le interrumpió y le dijo: " Al hombre que pronunció esas palabras podría realmente llamársele Salvador de la humanidad".

El cristiano estaba entusiasmado y siguió leyendo hasta el final. 

Entonces dijo el Maestro: "Ese sermón fue pronunciado por un hombre que irradiaba divinidad".

La alegría del cristiano no tenía límites. Se marchó decidido a regresar otra vez y convencer al Maestro Zen que debería hacerse cristiano.

De regreso a su casa se encontró con Cristo, que estaba sentado junto al camino: "¡Señor!" le dijo entusiasmado, "¡he conseguido que aquel hombre confiese que eres divino!".

Jesús sonrió y dijo: "¿Y qué has conseguido sino hacer que se hinche tu ego cristiano?".

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