martes, 18 de diciembre de 2012

El incrédulo



Un hombre estaba escuchando a un yogui que declaraba:

- Os puedo decir que el mantra tiene el poder de conduciros al Ser.

El hombre incrédulo protestó:

- Esa afirmación carece de fundamento.

- ¿Cómo puede la repetición de una palabra conducirnos al Ser?

- Eso es como decir que si repitiéramos “pan, pan, pan”, se haría realidad el pan y se manifestaría.

El yogui se encaró con el incrédulo y le gritó:

- Siéntate ahora mismo, sinvergüenza.

El hombre se llenó de rabia.

Era tal su incontrolada ira que comenzó a temblar, y furioso vociferó:

- ¿Cómo te atreves a hablarme de ese modo?

- ¿Y tú te dices un hombre santo y vas insultando a los otros?

Entonces, con mucho afecto y ternura, el yogui le dijo:

- Siento mucho haberte ofendido.

Discúlpame. Pero, dime, ¿qué sientes en este momento?

- ¡Me siento ultrajado!

Y el yogui declaró:

- Con una sola palabra injuriosa te has sentido mal.

- Fíjate el enorme efecto que ha ejercido sobre ti.

- Si esto es así, ¿por qué el vocablo que designa al Ser no va a tener el poder de transformarte?

Somete la enseñanza a la experiencia. 
Los métodos son instrumentos 
para alcanzar la liberación interior.


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