jueves, 28 de marzo de 2013

El amor es ciego




Cuenta la leyenda que una vez se reunieron en un lugar de la tierra todos los sentimientos y cualidades de los hombres. Cuando el Aburrimiento había bostezado por tercera vez, la Locura, como siempre tan loca, les propuso:

- ¿Jugamos al escondite?

La Intriga se levantó con los ojos fruncidos, y la Curiosidad sin poder contenerse preguntó:

- ¿Al escondite? ¿Y cómo es eso?

Es un juego – explicó la Locura – en el que yo me tapo la cara y comienzo a contar desde uno hasta un millón mientras ustedes se esconden y, cuando yo haya terminado de contar, el primero de ustedes que encuentre, ocupará mi lugar para continuar el juego.

El Entusiasmo se halló secundado por la Eufoia. La Alegría dio tantos saltos que terminó por convencer a la Duda, e incluso la Apatía a la que nunca le interesaba nada. Pero no todos quisieron participarl La Verdad prefirió no esconderse; ¿para qué? Si al final siempre le hallaban. La SOBERBIA opinó que era un juego muy tonto (en el fondo, lo que le molestaba era que la idea no había sido suya), y La Cobardía prefirió no arriesgarse.

- Uno, dos, tres…. comenzó a contar la Locura.

La primera en esconderse fue la Pereza, que como siempre, se dejó caer tras la primera piedra del camino. La Fe subió al cielo y la Envidia se escondió tras la sombra de el Triunfo, que con su pripio esfuerzo había logrado subir a la copa del árbol más alto.

La Generosidad, casi no alcanzaba a esconderse; cada sitio que hallaba le parecía maravilloso para alguno de sus amigos: ¿qué si un lago cirstalino? ¡ Es ideal para la Belleza!; ¿Qué si la rendija de un árbol?

¿Perfecto para la Timidez; ¿qué si el vuelo de una mariposa? ¡ Lo mejor para la Voluptuosidad!; ¿qué si una ráfaga de viento? ¡ Magnífico para la Libertad! Asíq ue terminó por ocultarse en un rayito de sol. El Egoismo, en cambio, encontró un sitio muy bueno desde el principio, ventilado, cómodo… eso sí, sólo para él.

La Mentira se escondió en el fondo de los océanos (¡mentira, en realidad se escondió detrás del arco iris); y

La Pasión y el Deseo en el centro de los volcanes, el Olvido …¡se me olvidó donde se escondió!… pero no es lo importante.

Cuando la Locura contaba 999999, el Amor aún no había encontrado sitio para esconderse, pues todo se encontraba ocupado, hasta que divisó un rosal y, enternecido, decidió esconderse entre sus flores.

- ¡Un millón! – contó la Locura y comenzó a buscar.

La primera en aparecer fue la Pereza, sólo a tres pasos de la piedra. Después escuchó a la Fe discutiendo con Dios en el cielo sobre zoología, y a la Pasión y al Deseo los sintió en el vibrar de los volcanes.
En un descuido encontró a la Envidia, y claro, pudo deducir donde estaba el Triunfo. Al Egoísmo no tuvo ni que buscarlo; él solito salió desesperado de su escondite que había resultado ser un nido de avispas.
De tanto caminar sintió sed y al acercarse al algo descubrió a la Belleza. Y con la Duda resultó más fácil todavía pues la encontró sentada sobre una cerca sin decidir aún en que lado esconderse.
Así fue encontrando a todos: el Talento entre la hierba fresca, la Angustia en una oscura cueva, la Mentira detrás del arco iris… (¡Mentira, ella estaba en el fondo del océano!), y hasta el Olvido, al que ya se le había olvidado que estaba jugando al escondite.

Pero sólo el Amor no aparecía por ningún sitio.

La Locura buscó detrás de cada árbol, bajo cada arroyuelo del planeta, en la cima de las montañas y, cuando estaba a punto de darse por vencida, divisó un rosal y las rosas… Y tomó una horquilla y comenzó a mover las ramas, cuando de pronto un doloroso grito se escuchó. Las espinas habían herido en los ojos al Amor y la Locura no sabía que hacer para disculparse; lloró, rogó, pidió perdón, y hasta prometió ser su lazarillo.

Desde entonces, desde que por primera vez se jugó al escondite en la tierra,

El amor es ciego y la locura siempre, siempre le acompaña.

Fuente: cuento de Mario Benedetti

5 comentarios:

  1. El amor es lúcido.
    Otra cosa es el enamoramiento...
    Cuando en el enamoramiento no ves, estás más cerca del amor lúcido. Cuando comienzas a ver, aparece el ego.

    Gracias :)

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    1. Gracias a ti.

      El amor es lucido, tan lucido que sabe distinguir entre la persona y lo que la persona puede llegar a hacer. El amor opta por la persona más allá de cualquier juicio. Y sino que se lo pregunten a una madre, o a un padre.

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  2. Tal como lo dices, hay muchas interpretaciones posibles. De hecho, uno de los conflictos mayores es que un padre o una madre no distinguen bien que es la persona y que lo que hace. Pero si me explicas que entiendes tú te lo agradecería.
    Gracias de antemano :)

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    1. El amor, más que un sentimiento, es una opción que se hace por la persona. En el caso de un padre o una madre, la opción suele ser tan clara que la opción les ciega, generalmente y en el buen sentido, de optar por el bien de los hijos. No dudan, como hace unos dias, en lanzarse al vacío para salvar a un hijo en medio de la dificultad. Los miedos quedan apartados frente a las opciones, aunque siempre hay excepciones.

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  3. Si, en esos momentos no existe más que querer el bien del ser que se quiere. No hay razón, sólo corazón.

    En una conversación mencioné una película –de estas que te hacen pensar, no dejar que te acomodes a lo fácil, porque esas situaciones difíciles las ponen ante nosotros para que podamos aprender :)– sigo, era una madre con dos hijos. Uno de ellos propio y el otro adoptado. Bien, el propio era retorcido, agresivo y con bastante crueldad, no así el adoptado, diríase que lo opuesto. En una situación límite, están los dos niños pendiendo de un precipicio, acto que surgió por la acción del hijo propio. Pues, bien, no podría salvar a los dos. ¿Por quién optó? Ahí pudo más la lucidez. Fue al adoptado al que salvó.
    Si, sé que puede ser una argumentación del guión, rebuscada, mas, tras las vicisitudes que a mi me ha tocado vivir, ya sé que la vida es mucho más rica y, llegado el caso, rebuscada. Sólo para aprender. Aprender a reconocer la sabiduría que en todos está.

    Me han contado que en los templos tibetanos hay un pico que está con varios círculos. Cada uno de ellos más estrecho hasta rellenar el palo que los sostiene. Bien, estas son las pruebas, cada vez más estrechas-difíciles que se han de pasar para liberarnos de la ilusión del ego.

    Un cordial saludo. ¡Feliz día! :)

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