miércoles, 16 de febrero de 2011

¿Has oido el canto de ése pájaro?



El discípulo se quejaba constantemente a su Maestro Zen: "No haces más que oculatarme el secreto último del Zen". Y se resistía a creer las consiguientes negativas del Maestro.

Un día, el Maestro se lo llevó a pasear con él por el monte. Mientras paseaban, oyeron cantar a un pájaro.

"¿Has oído cantar a ése pájaro?", le preguntó el Maestro.

"Sí", respondió el discípulo.

"Bien; ahora ya sabes que no te he estado ocultando nada".

"Sí", asintió el discípulo.

Si realmente has oído cantar a un pájaro, si realmente has visto un árbol..., deberías saber (más allá de las palabras y los conceptos).

¿Qué dices? ¿Que has oído cantar a docenas de pájaros y has visto centenares de árboles? Ya. Pero lo que has visto ¿era el árbol o su descripción? Cuando miras un árbol y ves un árbol, no has visto realmente el árbol. Cuando miras un árbol y ves un milagro, entonces, por fin, has visto un árbol. ¿Alguna vez tu corazón se ha llenado de muda admiración cuando has oído el canto de un pájaro?

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