Había una vez un Rey que quería organizar una gran pelea de gallos. Contrató al mayor instructor y le ordenó que entrenara al mejor gallo del reino para un torneo pues quería ver grandes y épicos combates. El instructor aceptó.
Al cabo de una semana el rey fue al instructor y le dijo:
- ¿Esta listo ya mi gallo?
A lo que el instructor respondió:
- Oh no majestad. Es joven e impulsivo. esta lleno de fuerza y furia pero ésta está mal canalizada y es fútil. no seria campeón.
El rey aceptó la palabra y se fue. Al mes volvió
- Esta listo ya mi gallo?
A lo
que
el instructor respondió:
- Aun no majestad. Ha ganado algo de experiencia pero es altivo y orgulloso. Responde fácilmente a las provocaciones y si cruza su mirada con otro gallo aun se muestra agresivo y dispuesto a la pelea. No seria campeón
El rey acepto la palabra y volvió a marcharse. Pasó un año y volvió
- Esta listo ya mi gallo?
A lo que el instructor respondió:
- Oh sí señor. El gallo ahora es paciente y calmado. No ansia ni desespera por la victoria. Pasa sus días en tranquilidad y en calma consigo mismo, ha alcanzado el equilibrio.
El rey animado preguntó
- Así
que
peleará?
A lo que el instructor respondió:
- Quizá. Lo que es seguro es que será el campeón.
Cuando metieron al gallo del rey en el torneo con los otros gallos no llegó a pelear...el resto de animales huyeron despavoridos solo con verlo.
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