martes, 31 de julio de 2012

FABRICANTES DE ETIQUETAS




La vida es como una botella de buen vino. Algunos se contentan con leer la 
etiqueta. Otros prefieren probar su contenido. 

En cierta ocasión mostró Buda una flor a sus discípulos y les pidió que dijeran algo 
acerca de ella. 

Ellos estuvieron un rato contemplándola en silencio. 

Uno pronunció una conferencia filosófica sobre la flor. Otro creó un poema. Otro 
ideó una parábola. Todos tratando de quedar por encima de los demás. 

¡Fabricantes de etiquetas! 

Mahakashyap miró la flor, sonrió y no dijo nada. Sólo él la había visto. 

¡Si tan sólo pudiera probar un pájaro, una flor, un árbol, un rostro humano... ! Pero 
¡ay! ¡No tengo tiempo! 

Estoy demasiado ocupado en aprender a descifrar etiquetas y en producir las mías 
propias. Pero ni siquiera una vez he sido capaz de embriagarme con el vino.


lunes, 30 de julio de 2012

La pregunta




Preguntaba el monje: «Todas estas montañas y estos  ríos y la tierra y las estrellas... ¿de dónde vienen? 

Y preguntó el Maestro: «¿Y de dónde viene tu pregunta?». 

¡Busca en tu interior! 


domingo, 29 de julio de 2012

Los Tejados Están Blancos, ¿Cuándo Dejarán De Estarlo?



Durante un paseo por un paisaje nevado el discípulo pregunta al maestro: “Maestro, los tejados están blancos, ¿cuándo dejarán de estarlo?” El maestro tarda en contestar. Se concentra y al fin le dice con voz áspera: “¡Cuando los tejados están blancos, están blancos; cuando no están blancos, no están blancos!”

Una historia zen, que Alejandro Jodorowsky repite con frecuencia. La explica en el siguiente comentario que podemos leer en la sabiduría de los cuentos:

“Lo importante es aceptarse uno mismo. Si mi condición presente me produce malestar es señal de que la rechazo. Entonces, más o menos conscientemente, trato de ser distinto del que soy, en definitiva, no soy yo. Si, por el contrario, acepto plenamente mi estado de este momento, estoy en paz. No me lamento por creer que debería ser más santo, más bello, más puro de lo que soy aquí y ahora. Cuando soy blanco, soy blanco, cuando soy oscuro, soy oscuro, y punto. Ello no impide que trabaje en mí, que trate de ser un instrumento mejor; esta aceptación de uno mismo no limita las aspiraciones, sino que las sustenta. Porque sólo puedo avanzar a partir lo que soy realmente”.

.

sábado, 28 de julio de 2012

EL HOMBRE ÍDOLO




Una antigua historia hindú:  

Érase una vez un mercader que naufragó y fue arrastrado hasta las costas de Ceylán, donde Vibhishana era el rey de los monstruos. El mercader fue llevado a presencia del rey. Al verle, Vibhishana quedó extasiado de gozo y dijo: 

«¡Ah, cómo se parece a mi Rama. Es idéntico a él!». Entonces cubrió al mercader de ricos vestidos y joyas y le adoró. 

Dice el místico hindú Ramakrishna: «La primera vez que escuché esta historia sentí una alegría indescriptible. Si a Dios se le puede adorar a través de una imagen de barro,  ¿por qué no se le va a Poder adorar a través del hombre? 


jueves, 26 de julio de 2012

El camino para ir al cielo



En cierta ocasión le preguntaron a Ramesh uno de los grandes sabios de la India, lo siguiente:

¿Por qué existen personas que salen fácilmente de los problemas mas complicados, mientras que otros sufren por problemas muy pequeños y se ahogan en un vaso de agua?

El simplemente sonrió y contó una historia:

Se trataba de un sujeto que vivió amorosamente toda su vida. Cuando murió, todo el mundo decía que el iría al cielo, pues un hombre tan bondadoso solamente podría ir al Paraíso.

En aquella época la recepción en el cielo no funcionaba muy bien, y quien lo atendió dio una ojeada rápida a las fichas de entrada, pero como no vio su nombre en la lista, le oriento para que pudiera llegar al infierno. Y como en el infierno nadie pedía identificación, ni invitación, (cualquiera que llegara era invitado a entrar), el sujeto entro y se quedo.

Algunos días después, Lucifer llego furioso a las puertas del Paraíso y le dijo a San Pedro:

Eso que me estas haciendo es puro terrorismo!!! Mandaste aquel sujeto al infierno y el me esta desmoralizando. Llego escuchando a las personas, mirándolas a los ojos, conversando con ellas, abrazándolas y besándolas. El infierno no es lugar para eso, por favor trae a ese sujeto para acá.

Cuando Ramesh termino de contar esta historia dijo: “Vive con tanto amor en el corazón, que si por error vas a parar al infierno, el propio demonio te traerá de vuelta al Paraíso”


martes, 24 de julio de 2012

La posada





Nasrudin (el tonto en los cuentos sufis) fue al palacio del rey y se presentó directamente ante el trono. Vestía de una forma tan poco convencional que nadie se atrevió a detenerlo. El rey le preguntó: “¿qué buscas?”

Nasrudin contestó: “Busco un lugar para dormir en esta posada”

El rey contestó: “Esto no es ninguna posada, es mi palacio”

Nasrudin volvió a preguntar: “¿De quién era el palacio antes de ser tuyo?”

“De mi padre” Dijo el rey

“¿Y antes de tu padre?”

“De mi abuelo”

“¿Y este lugar, donde la gente viene y va, donde se quedan un tiempo y después desaparecen, lo llamas con otro nombre que no sea posada?”


La luz del ciego



Hace cientos de años en una ciudad de Oriente, un anciano caminaba de noche por las oscuras calles llevando una lámpara de aceite encendida. En cierto momento, un hombre giró una esquina y tropezó abruptamente con el anciano. El hombre se puso a gritarle con malos modos:

-¡Vigila viejo, mira por donde vas!

Tras gritar, el hombre se calmó y miró al anciano a la luz de la lámpara que éste sostenía. De pronto, reconoció a un amigo. Se dio cuenta que era Guno, el ciego del pueblo. Le dijo:

-¿Qué haces Guno, tú ciego, con una lámpara en la mano? Si tú no ves…

El anciano le respondió:

-Yo conozco la oscuridad de las calles de memoria. No llevo la lámpara para ver mi camino, sino para que no tropiecen conmigo y para que otros encuentren su camino cuando me vean a mi.

El viejo Guno del cuento recuerda al Arcano VIIII, 
como ser que ilumina el pasado 
con la luz de la sabiduría.


lunes, 23 de julio de 2012

Un camello sin cuerda



Una caravana que iba por el desierto se detuvo cuando empezaba a caer la noche.

Un muchacho, encargado de atar a los camellos, se dirigió al guía y le dijo:

-Señor, tenemos un problema. Hay que atar a veinte camellos y sólo tengo diecinueve cuerdas. ¿Qué hago?

-Bueno -dijo el guía-, en realidad los camellos no son muy lúcidos. Ve donde está el camello sin cuerda y haz como que lo atas. El se va a creer que lo estás atando y se va a quedar quieto.

El muchacho así lo hizo. A la mañana siguiente, cuando la caravana se puso en marcha, todos los camellos avanzaron en fila. Todos menos uno.

-Señor, hay un camello que no sigue a la caravana.

-¿Es el que no atastes ayer porque no tenías soga?

-Sí ¿cómo lo sabe?

-No importa. Ve y haz como que lo desatas, si no va a creer que siguen atado. Y si lo sigue creyendo no caminará.


Los límites no lo impone la realidad, 
sino nuestras propias creencias. 
Somo como el camello, 
atados sin cuerda.


sábado, 21 de julio de 2012

Obra maestra

Un maestro calígrafo estaba escribiendo algunos caracteres sobre un pedazo de papel. Uno de sus especialmente perceptivos estudiantes estaba mirándolo.

Cuando el calígrafo hubo terminado, pidió la opinión del estudiante, quién inmediatamente le dijo que no estaba nada de bueno. El maestro lo intentó de nuevo, sin embargo el estudiante criticó el trabajo de nuevo.

Una y otra vez, el calígrafo cuidadosamente trazaba los mismos caracteres, y cada vez el estudiante los rechazaba.

Finalmente, cuando el estudiante había desviado su atención a algo más y no estaba mirando, el maestro aprovechó la oportunidad de hacer rápidamente los caracteres.

“¡Listo! ¿Cómo está ese?”, le preguntó al estudiante. El estudiante se dio vuelta a mirar. “¡ESA… es una obra maestra!” exclamó.


Un intelectual cristiano que consideraba que la Biblia es literalmente verdadera hasta en sus menores detalles, fue abordado en cierta ocasión por un colega que le dijo: «Según la Biblia, la tierra fue creada hace cinco mil años aproximadamente. 

Pero se han descubierto huesos que demuestran que la vida ha existido en este planeta durante centenares de miles de años». 

La respuesta no se hizo esperar: «Cuando Dios creó la tierra, hace cinco mil años, puso a propósito esos huesos en la tierra para comprobar si daríamos más crédito a las afirmaciones de los científicos que a su sagrada Palabra». 

Una prueba más de que las creencias rígidas conducen a distorsionar la realidad.


viernes, 20 de julio de 2012

El agua del Ganges

-Maestro – dijo un discípulo-, enseñas que Dios está en el interior de cada uno de nosotros, pero ¿cómo puede la divinidad, tan vasta como es, caber dentro de nosotros?

-Ve hasta Ganges y tráeme un litro de agua- le respondió el maestro al discípulo.

Cuando éste hubo traído el agua, el maestro quedó asombrado:

-¡Pero si ésta no es el agua de Ganges!…

-¡Por supuesto que sí, la he sacado yo mismo del río!-exclamó el discípulo.

-¿Pero donde están las tortugas, los peces, las gentes que en él se bañan, las embarcaciones, los cadáveres que arrastra y los monjes que hacen sus abluciones en él? Yo no veo nada de todo esto en ella. ¡No puede tratarse del agua en cuestión! ¡Corre a arrojarla al Ganges!

Cuando el discípulo regresó, el maestro le dijo:

-Ahora tu litro de agua, mezclado con el agua del río contiene tortugas, peces y todo cuanto le faltaba antes. Ésa sí que es el agua del Ganges.

Comentario de Alejandro Jodorowsky:

Somos ricos, infinitamente ricos, pero, a un determinado nivel de conciencia, no vemos más allá del litro de agua y no la inmensidad del río. Cuando estamos vinculados a la inmensidad, somos ricos de todo aquello que contiene.

Vinculado al mundo, avanzo con él. Tengo fuerza. Lo poseo todo. Separado del mundo, nada tengo.

MIRAR A SUS OJOS



El comandante en jefe de las fuerzas de ocupación le dijo al alcalde de la aldea: 

«Tenemos la absoluta seguridad de que ocultan ustedes a un traidor en la aldea. De 
modo que, si no nos lo entregan, vamos a hacerles la vida imposible, a usted y a toda 
su gente, por todos los medios a nuestro alcance». 

En realidad, la aldea ocultaba a un hombre que parecía ser bueno e inocente y a 
quien todos querían, Pero ¿qué podía hacer el alcalde, ahora que se veía amenazado 
el bienestar de toda la aldea? Días enteros de discusiones en el Consejo de la aldea no 
llevaron a ninguna solución. De modo que, en última instancia, el alcalde planteó el 
asunto al cura del pueblo. 

El cura y el alcalde se pasaron toda una noche buscando en 
las Escrituras y, al fin, apareció la solución. Había un texto en las Escrituras que 
decía: «Es mejor que muera uno solo por el pueblo y no que perezca toda la nación». 

De forma que el alcalde decidió entregar al inocente a las fuerzas de ocupación, si 
bien antes le pidió que le perdonara. El hombre le dijo que no había nada que 
perdonar, que él no deseaba poner a la aldea en peligro. Fue cruelmente torturado 
hasta el punto de que sus gritos pudieron ser oídos por todos los habitantes de la 
aldea. Por fin fue ejecutado. 

Veinte años después pasó un profeta por la - aldea, fue directamente al alcalde y le 
dijo: «¿Qué hiciste? Aquel hombre estaba destinado por Dios a ser el salvador de este 
país. Y tú le entregaste para ser torturado y muerto». «¿Y qué podía hacer yo?», alegó 
el alcalde. «El cura y yo estuvimos mirando las Escrituras y actuamos en 
consecuencia»

«Ese fue vuestro error», dijo el profeta. «Mirasteis las Escrituras, pero deberíais haber mirado a sus ojos». 


jueves, 19 de julio de 2012

EL DIABLO Y SU AMIGO




En cierta ocasión salió el diablo a pasear con un amigo. De pronto vieron ante 
ellos a un hombre que estaba inclinado sobre el suelo tratando de recoger algo. 

«¿Qué busca ese hombre?», le preguntó al diablo su amigo. 

«Un trozo de Verdad», respondió el diablo. 

«¿Y eso no te inquieta?», volvió a preguntar el amigo. 

«Ni lo más mínimo», respondió el diablo. «Le permitiré que haga de ello una 
creencia religiosa». 

Una creencia religiosa es como un poste indicador que señala el camino hacia la 
Verdad. Pero las personas que se obstinan en adherirse al indicador se ven impedidas 
de avanzar hacia la Verdad, porque tienen la falsa sensación de que va la poseen.


miércoles, 18 de julio de 2012

LA MUJER SAMARITANA



La mujer dejó en el suelo su cántaro de agua y marchó a la ciudad. Y dijo a la 

gente: «Venid y veréis al hombre que me ha dicho todo cuanto he hecho. ¿No será el 

Mesías?». 

Cristiano: 

¡Qué lección, la de la samaritana... No dio respuestas. Se limitó a hacer una  pregunta y a dejar que los demás encontraran la respuesta por sí solos. Y eso que tuvo que sentir la tentación de dar la respuesta, después de haber oído de tus propios labios: 

«Yo soy el Mesías, el que te está hablando». 

Y fueron muchos los que se hicieron discípulos tras escuchar sus palabras. Y le dijeron a la mujer: «No creemos por lo que tú has dicho, sino porque nosotros mismos le hemos oído a El, y sabemos que El es realmente el Salvador del mundo». 

Cristiano: 

Me he contentado con saber acerca de Ti de segunda mano, Señor. De las Escrituras y de los santos; de Papas y predicadores... Me habría gustado poderles decir a todos ellos: «No creo por lo que vosotros habéis dicho, sino porque yo mismo le he escuchado a El».


martes, 17 de julio de 2012

La cámara secreta



Al ser joven, apuesto, inteligente y bueno, Ayaz era el favorito del rey. Este último gustaba de su compañía. Buscaba sus consejos y tenía una confianza absoluta en él. Para sellar su amistad, colmó a Ayaz de tantas mercedes que, gracias a dicha generosidad, éste se encontró en posesión de una pequeña fortuna.

Evidentemente su posición no dejó de exacerbar el odio y los celos de los demás cortesanos que no soñaban sino con su caída y trataban por todos los medios de desacreditarle delante del rey. Como Ayaz se encerraba todos los días en una pequeña cámara, donde se quedaba un buen rato, los cortesanos pensaron haber encontrado, por fin, la prueba de su doblez. Se imaginaron que guardaba allí el fruto de sus rapiñas. Se apresuraron a informar de sus sospechas al rey y le suplicaron que desenmascarara al traidor visitando la cámara misteriosa.

Movido por esta camarilla llena de odio y convencido de la fidelidad de su favorito, el rey aceptó su petición a fin de acallar aquellas malas lenguas. Ordenó que se echara abajo la puerta de la cámara y, seguido de sus cortesanos, penetró en la estancia. Cuál no sería su asombro al descubrir todo el mundo que la estancia se hallaba completamente vacía. En vez de encontrar en ella montones de riquezas resguardadas de la mirada de los curiosos, lo que los presentes vieron fue nada más que un viejo par de sandalias de cuero y un mísero traje todo apedazado. Intrigado, el rey hizo venir a Ayaz y le preguntó por qué guardaba tan celosamente aquellos viejos andrajos.

Este último le respondió con modestia:

- Fue vestido con estas ropas viejas como llegué a la corte y vengo a verlas todos los días para acordarme de todas las bondades que me habéis dispensado desde entonces.

Al agradecer y aceptar nuestro pasado … 
sea cual sea … 
podemos estar felices en el ahora.

Fuente: La sabiduría de los cuentos de Alejandro Jodorowsky


lunes, 16 de julio de 2012

Hombre sucio, hombre limpio



Un rey hizo llamar a un santo rabino que que dormía sólo dos horas y las otras veintidós las dedicaba a leer su biblia.

- ¡Dime la verdad que has encontrado en esas páginas o te corto la cabeza!

El anciano sonrió.

- Antes de revelarte el secreto que esperas, deja, oh gran señor, que te haga una pregunta.

- ¡De acuerdo: hazla!

- Dos hombres caminan por el bosque, después de una fuerte lluvia. De pronto, caen en una charca de barro. Al salir, uno de ellos está sucio mientras el otro permanece limpio. ¿Cuál de los dos se lava?

- ¡Pues el que está lleno de lodo! – respondió el poderoso.

- No, majestad.

- El que está embarrado ve al que salió limpio y piensa que él también está limpio.

- El otro ve al sucio y, como piensa que él mismo también está sucio, corre a lavarse.

- Bien – dijo el rey -, ahora dime la verdad que encontraste en tu biblia.

- Antes, señor, resuelve este problema: dos hombres caminan por el bosque, después de una fuerte lluvia. De pronto, caen en una charca de barro. Al salir, uno de ellos está sucio mientras el otro permanece limpio. ¿Cuál de los dos se lava?

El monarca, creyendo que ya conocía la respuesta, contestó:

- ¡El que está limpio!

- No, mi señor.

- Como una vez ya habían cometido el error, se lavó el embarrado.

- La experiencia enseña.

- Acepto – dijo el rey-.

- Ahora dime la verdad que encontraste en tu libro sagrado.

- ¡Oh, magnísimo, deja que te plantee un último acertijo! Después de una fuerte lluvía, dos hombres que caminan por el bosque caen en una charca de lodo. Uno sale sucio y el otro limpio. ¿Cuál se lava?

El rey quedó desconcertado.

- Ya no sé qué responder.

- Ambos pueden bañarse o ninguno.

- Quizás el embarrado se lava otra vez.

El viejo sonrió.

- Si crees, señor, que tres veces se va a repetir un accidente tan increíble, estás dispuesto a creer cualquier cosa.

Maestro: el rey cree que la verdad es un conjunto de palabras que se encuentran en la biblia. El rabino le demuestra que un texto puede dar origen a infinitas interpretaciones. Las palabras son sólo un guía hacia la verdad … el camino lo tiene que recorrer uno mismo.

Fuente: La sabiduría de los cuentos de Alejandro Jodorowsky


domingo, 15 de julio de 2012

Cazar la luna



Noche tras noche, sin descansar, lanzó sus flechas hacia el astro.

Los vecinos comenzaron a burlarse de él.

Inmutable, siguió lanzando sus flechas.

Nunca cazó la luna, pero se convirtió en el mejor arquero del mundo.

Alejandro Jodorowsky

sábado, 14 de julio de 2012

Tragarse la serpiente



Un día, en un monasterio zen, se presentó de improvisto un gran maestro. El jefe de cocina tuvo que prepararle al punto una comida. Se apresuró a coger unas legumbres en el huerto, a cortarlas y a hacer con ellas una suculenta sopa.

El huésped se tomó la sopa. La saboreó hasta el momento en que se encontró una cabeza de serpiente en la cuchara. Hizo venir al cocinero para pedirle una explicación. Éste, al ver la cabeza de serpiente, alargó el brazo, la cogió y se la tragó de golpe ante la mirada atónita de los presentes. Acto seguido, muy digno, se dio media vuelta y volvió a la cocina sin decir palabra.

Tragándose en seguida la serpiente, 
fue de hecho su error 
lo que el cocinero se tragó. 
En general, 
no estamos dispuestos 
a hacer lo mismo.

Fuente: El dedo y la luna de Alejandro Jodorowsky

viernes, 13 de julio de 2012

Aprender




Un monje le dijo a Joshu:

- Acabo de entrar en este monasterio.

- Por favor, enseñame.

Joshu preguntó:

- ¿Has comido tu potaje de arroz?

El monje respondió:

- Ya he comido

Joshu concluyó:

- Entonces será mejor que laves tu plato.

Ramiro Calle

jueves, 12 de julio de 2012

La controversia



Era un lama joven y con gran sentido del humor, que sabía bien que la vida espiritual no tiene por qué ser, en absoluto, triste y solemne. Era muy accesible, cordial y sin artificios.

Consideraba a todos los monjes y novicios como sus hermanos pequeños y estaba siempre haciendo bromas con ellos. Les enseñaba la doctrina, en el patio del monasterio, haciendo juegos, riendo, bailando con los monjes y novicios, realizando bromas y contando chistes.

Pero un día un grupo de fieles pasó por allí y vio cómo se divertían los monjes y novicios y cuánto griterío y risas producían. Acudieron al abad del monasterio y le dieron una queja. Consideraban que aquel no era modo de enseñar la doctrina; que el lama era irreverente e irrespetuoso.

El abad del monasterio llamó al lama y le puso al corriente de las opiniones y las quejas de los fieles.

El lama dijo:
- Cambiaré de método, pero será lo mismo.

Era un hombre muy inteligente.

Sorprendido, el abad preguntó:
- ¿Cómo que será lo mismo?
- Venerable abad, ya lo veréis: será lo mismo.

El abad no comprendió al lama y le dejó ir.

El lama cambió el sistema de enseñanza: todos tenían que guardar un estricto silencio, permanecer estoicamente en postura meditacional durante toda la clase, jamás sonreír y no hacer el menor comentario.

Los fieles pasaron por allí y se asomaron a ver la clase. Aquello les parecía increíble: ¡cuánta rigidez, cuánta severidad, cuánta pesadumbre! Se preguntaron se era necesaria tan estricta disciplina para mostrar la doctrina. Fueron al abad del monasterio y se quejaron del lama.

El abad llamó al lama y le dijo:
- Tenías razón, querido mío.
- Como tú decías: “será lo mismo”.
- Y ahora yo te digo, enseña como quieras.
- No te dejas más influenciar por controversias.

El lama, obviamente, volvió a su anterior modo de mostrar la doctrina.

Maestro: haga lo que haga, la mangosta quiere acabar con la serpiente.

Ramiro Calle

miércoles, 11 de julio de 2012

No perder la calma



En un monasterio había un anciano monje ante el cual los jóvenes novicios se sentían intimidados; no porque fuera severo con ellos, si no porque nada parecía perturbarlo o afectarlo nunca.

Así, veían en él algo inquietante y le temían. Al fin sintiendo que no podían soportar más esa situación, decidieron ponerlo a prueba. Una oscura mañana e invierno, cuando era tarea del anciano llevar la ofrenda del té a la sala del Fundador, el grupo de novicios se oculto en un recodo del largo y sinuoso corredor que a ella llevaba. Al pasar le anciano, salieron de su escondite dando alaridos como una horda de demonios.

Sin que su paso vacilará, el anciano siguió andando con calma, llevando cuidadosamente el té. En la siguiente vuelta del corredor, como él bien sabía, había una mesita. Se dirigió hacia ella en la oscuridad, depositó la taza, la cubrió para protegerla del polvo, y entonces, apoyándose sobre la pared, prorrumpió:

- ¡Oh, oh, oh! – en exclamaciones de susto.

Un maestro del Zen, al relatar esta anécdota, comentaba:

- Se ve, pues, que nada tiene de malo las emociones.

- Sólo que no debe dejarse que nos arrastren o perturben lo que estamos haciendo.


martes, 10 de julio de 2012

El regalo perfecto



Una niña en Africa, le dio a su maestra un regalo de cumpleaños. Se trataba de un hermosa concha blanca y rosa de un molusco.

- ¿Dónde lo encontraste?, le preguntó la maestra.

La niña le dijo que esas conchas se encontraban solamente en cierta playa lejana.

La maestra se conmovió profundamente porque sabía que la niña había caminado muchos kilómetros para buscar su regalo.

- No debiste haber ido tan lejos sólo para buscarme un regalo

La sabia niña sonrió y le contestó:

- Maestra, la larga caminata es también parte del regalo

Joost Scharrenberg


lunes, 9 de julio de 2012

Ausencia del ego



En ocasiones los ruidosos visitantes ocasionaban un verdadero alboroto que acababa con el silencio del monasterio.

Aquello molestaba bastante a los discípulos; no así al Maestro, que parecía estar tan contento con el ruido como con el silencio. Un día, ante las protestas de los discípulos, les dijo:

- El silencio no es la ausencia de sonido, sino la ausencia de ego.

Fuente: ¿Quién puede hacer que amanezca? de Anthony de Mello


domingo, 8 de julio de 2012

Exhibición



Cuando uno de los discípulos anunció su propósito de enseñar a otros la Verdad, el Maestro le propuso la siguiente prueba:

- pronuncia un discurso en mi presencia para que yo pueda juzgar si estas preparado.

El discurso fue realmente inspirado, y al acabar se acercó un mendigo al orador, que se puso en pie y regaló su capa al mendigo para edificación de la asamblea.

Más tarde le dijo el Maestro:

- tus palabras estuvieron llenas de unción, hijo mío, pero aún no estás preparado.

- ¿Por qué?, preguntó desilusionado el discípulo.

- Por dos razones: porque no has dado al mendigo la oportunidad de expresar sus necesidades y porque no has superado el deseo de impresionar a los demás con tu virtud.

Fuente: ¿Quién puede hacer que amanezca? de Anthony de Mello

sábado, 7 de julio de 2012

UNA VITAL DIFERENCIA



Le preguntaron cierta vez a Uwais, el Sufí: «¿Qué es lo que la Gracia te ha 

dado?». Y les respondió: 

«Cuando me despierto por las mañanas, me siento como un hombre que no está 

seguro de vivir hasta la noche». 

Le volvieron a preguntar: 

«Pero esto ¿no lo saben todos los hombres?». Y replicó Uwais: «Sí, lo saben, Pero 

no todos lo sienten». 

Jamás se ha emborrachado nadie 
a base de comprender intelectualmente 
la palabra 
VINO.


viernes, 6 de julio de 2012



Un santo sufi partió en peregrinación a La Meca. Al llegar a las inmediaciones de la ciudad, se tendió junto al camino, agotado del viaje. Y apenas se había dormido cuando se vio bruscamente despertado por un airado peregrino: 

“¡En este momento en que todos los creyentes inclinan su cabeza hacia La Meca, se te ocurre a ti apuntar con tus pies hacia el sagrado lugar...! ¿Qué clase de musulmán eres tú?”.

El sufi no se movió; se limitó a abrir los ojos y a decir: “Hermano, ¿querrías hacerme el favor de colocar mis pies de manera que no apunten hacia el Señor?”.

La oración de un devoto al Señor Vishnú:

“Señor, te pido perdón por mis tres mayores pecados: ante todo, por haber peregrinado a tus muchos santuarios olvidando que estás presente en todas partes; en segundo lugar, por haber implorado tantas veces tu ayuda olvidando que mi bienestar te preocupa más a ti que a mí; y, por último, por estar aquí pidiéndote que me perdones, cuando sé perfectamente que nuestros pecados nos son perdonados antes de que los cometamos”.


jueves, 5 de julio de 2012

La seguridad de la ostra



Una ostra estaba muy orgulloso de su caparazón le decía a un pez:

- El mío es un castillo muy fuerte.

- Cuando lo cierro, nadie puede hacer más que apuntarme con el dedo.

Así, mientras estaban hablando, se sintió un chapoteo. El pez huyó rápidamente, mientras que el otro se encerró en su envoltorio. Pasó un buen rato y la ostra empezó a preguntarse qué había sucedido. Como todo parecía muy tranquilo, abrió sus valvas para indagar y notó que ya no se hallaba en su medio habitual.

Efectivamente, estaba junto a una gran cantidad de ostras, en un puesto de mercado, debajo de un cartel que decía:

- 4,50 la docena