Nasrudin (el tonto en los cuentos sufis) fue al palacio del rey y se presentó directamente ante el trono. Vestía de una forma tan poco convencional que nadie se atrevió a detenerlo. El rey le preguntó: “¿qué buscas?”
Nasrudin contestó: “Busco un lugar para dormir en esta posada”
El rey contestó: “Esto no es ninguna posada, es mi palacio”
Nasrudin volvió a preguntar: “¿De quién era el palacio antes de ser tuyo?”
“De mi padre” Dijo el rey
“¿Y antes de tu padre?”
“De mi abuelo”
“¿Y este lugar, donde la gente viene y va, donde se quedan un tiempo y después desaparecen, lo llamas con otro nombre que no sea posada?”
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