En la década de los 40, el reloj suizo era el reloj más prestigioso y de mayor calidad en el mundo. Por consiguiente, el 80% de los relojes vendidos en el mundo eran fabricados en Suiza.
Al final de la década de los 50, fue presentado el reloj digital a los líderes de las compañías relojeras suizas. Estos rechazaron la nueva idea porque sabían que tenían el mejor reloj y los mejores fabricantes de relojes.
Entonces, el hombre que había desarrollado el reloj digital vendió la idea a Seiko. En 1940, los fabricantes de relojes empleaban a ochenta mil personas.
En la actualidad emplean a dieciocho mil. En 1940, el 80% de los relojes vendidos en el mundo se fabricaban en Suiza. Ahora el 80% son digitales.
Esto demuestra lo que sucede con muchas organizaciones y personas: prefieren morir antes que cambiar.
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