Viajaban por esta tierra juntos una zorra y un mono, disputando a la vez cada uno sobre su nobleza.
Mientras cada cual detallaba ampliamente sus títulos, llegaron a cierto lugar.
Volvió el mono su mirada hacia un cementerio y rompió a llorar.
Preguntó la zorra que le ocurría, y el mono, mostrándoles unas tumbas le dijo:
-- ¡ Oh, cómo no voy a llorar cuando veo las lápidas funerarias de esos grandes héroes, mis antepasados !
-- ¡ Puedes mentir cuanto quieras -- contestó la zorra --; pues ninguno de ellos se levantará para contradecirte !
Sé siempre honesto en tu vida.
Nunca sabrás si el vecino que te escucha
sabe la verdad
y corroborará o desmentirá
tus palabras.
Esopo
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