miércoles, 5 de enero de 2011



Érase una vez una pequeña gallina que vivía con sus amigos: un cerdo, un pato y un gato. Un día, la pequeña gallina encontró un grano de trigo.
-¿Quién va a plantar este grano de trigo?, preguntó.
-¡Yo no!, refunfuñó el cerdo, cacareó el pato, ronroneó el gato.
Entonces, la pequeña gallina salió a plantar ella misma su grano de trigo. Durante el verano el grano de trigo creció.
-¿Quién va a cortar el trigo?, preguntó la gallina.
-¡Yo no!, refunfuñó el cerdo, cacareó el pato, ronroneó el gato.
Entonces, la pequeña gallina salió a cortar el trigo.
-¿Quién va a llevar el trigo al molino?, preguntó la gallina.
-¡Yo no!, refunfuñó el cerdo, cacareó el pato, ronroneó el gato.
Entonces, la gallina llevó el pan al molino para hacer la harina.
-¿Quién va a hacer pan?
-¡Yo no!, refunfuñó el cerdo, cacareó el pato, ronroneó el gato.
Entonces, la gallina partió a hacer pan ella misma. Un buen olor a pan se difundió por la casa. Sus amigos –el cerdo, el pato y el gato- acudieron.
La gallina sacó el pan del horno y preguntó:
-¿Quién va a comer este pan?
-¡Yo!, refunfuñó el cerdo.
-¡Yo!, cacareó el pato.
-¡Yo!, ronroneó el gato.
-Yo he plantado y cortado el trigo, lo he llevado al molino, y he asado el pan. He hecho todo yo misma. Voy a comer el pan sola. El pan estaba delicioso y ella lo aprovechó hasta la última migaja.

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