Un día preguntó el Maestro: En vuestra opinión, ¿cuál es la pregunta religiosa más importante?
A modo de respuesta, escuchó muchas preguntas:
No; dijo el Maestro, la pregunta más importante es: ¿Quién soy yo?
Los discípulos se hicieron alguna idea de lo que el Maestro quería insinuar cuando, le oyeron hablar con un predicador.
Maestro: Así pues, según tú, cuando hayas muerto tu alma estará en el cielo, ¿no es así?
Predicador: Si, así es.
Maestro: ¿Y tu cuerpo estará en la tumba… ?
Predicador: Exactamente.
Maestro: ¿Y dónde, si me permites la pregunta, estarás tú?.
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