viernes, 30 de noviembre de 2012

Mamut muerto en el sotano



Érase una vez un hombre que en el sótano de su casa yacía muerto un gigantesco mamut. En un primer momento, el ligero olor que emanaba de allí sólo molestaba a aquellos con narices de fina sensibilidad. Pero poco tiempo después, los vecinos también comenzaron a notarlo. Entonces el hedor se extendió por todas partes.

A medida que pasaba el tiempo, el cadáver atraía insectos y toda clase de bichos. Sin embargo, el dueño de la casa encontró conveniente ignorar por completo la situación. ¿Qué importaba si había una cucaracha o algunas hormigas, aquí o allá, escabulléndose a lo largo de los paneles? De hecho, el hombre sabía muy bien de qué se trataba esa cosa desagradable que ponía en peligro a todo el edificio y que estaba abandonada allí, en medio de una pululación de alimañas, y pudriéndose entre los cimientos. Pero a causa de la profunda repugnancia que le provocaba la sola idea de tener que acercarse a ella para poder sacarla, prefirió dejarlo para más tarde.

Después de varios años, un nuevo dueño llegó al edificio y decidió que la política del lugar tenía que cambiar; no debía retrasarse ni un segundo más el tratamiento directo de la raíz del problema, es decir, deshacerse del cadáver, pero a cambio de santificar la situación actual mediante la búsqueda de razones ideológicas para no cambiarla totalmente.

"El problema no es el cadáver en el sótano", explicó, "sino la intolerable codicia de los insectos que se alimentan de él. Hasta que éstos no cambien su naturaleza y dejen de comerlo todo, de nada servirá hacer algo, ya que incluso si no poseyeran este cadáver no harían más que buscar otro objetivo: migas de pan o un tarro de azúcar en la cocina".

Cuando era evidente que ya no había ninguna posibilidad ni esperanza de eliminar el cadáver en el futuro, todo el edificio se convirtió en un objeto repulsivo; y mientras tanto, las hormigas e insectos que pululaban por las paredes y los pisos aumentaron drásticamente su número hasta crear una pesada sensación de estado de sitio. Ingresaban por las ventanas; cuando se sellaban las ventanas, comenzaban a invadir nuevamente por debajo de la puerta; y cuando se bloqueaba ese camino con un trapo de piso, brotaban de los interruptores de electricidad.

"¿Ven?" dijo el hombre a los miembros de su familia. "Esto demuestra acabadamente que no desean comer el cadáver: a quienes quieren devorar es a nosotros. No pretenden destruir el sótano sino toda la casa".

En tales condiciones, y con la misma lógica, el hombre se levantó, cogió un zapato en una mano y un spray insecticida en la otra, y comenzó a perseguir a cada insecto y hormiga para capturarlo, aplastarlo o enviarlo de regreso, uno tras otro, al lugar de donde habían salido. De vez en cuando, y como medida preventiva, hacia astutas incursiones en el exterior para fumigar aquellos nidos y puntos de salida que había también en el patio, así como otros todavía más alejados.

Dorón Rosenblum


jueves, 29 de noviembre de 2012

Margaritas para cerdos



- Maestra, siento que no puedo mostrarme como soy, pues cuando digo las cosas como las pienso, la gente no me entiende y me siento excluída.

- Tú, eres una margarita y los cerdos no distinguen las margaritas del resto de cosas que engullen. ¿Qué vas a hacer? ¿Dejar de ser una margarita para convertirte en cualquier desperdicio que satisfaga a los cerdos?

- Pero puedo parecer vanidosa o soberbia, incluso orgullosa, si me muestro como soy.

- Huir de lo que no quieres ser hace que persigas ese objetivo y te conviertas en aquello que no deseas. No tienes porqué negarle a los cerdos la enseñanza de diferenciar una margarita de un desperdicio, aunque no te entiendan, aunque no te quieran.


miércoles, 28 de noviembre de 2012

El nudo gordiano



Gordias, campesino de Gordión, llevaba sus bueyes atados al yugo con unas cuerdas anudadas de un modo tan complicado, que era imposible desatarlas. Se trataba de un nudo gordiano que quien consiguiera desatar podría conquistar Oriente.


Fueron muchas las personas que utilizaron sus mejores artimañas en intento fallidos para desatar el nudo. Un valiente joven, tras cruzar el Helesponto, llegó a Frigia donde se enfrentó al reto de desatar el nudo.


Tras observar lo complicado del problema, cogió su espada y cortó el nudo dando solución a lo irresoluble y dijo: "tanto monta cortar como desatar"


Esa noche Zeus en respuesta a la solución al problema convocó una tormenta de rayos para confirmar que el joven había resuelto con su pensamiento lateral la esencia de la cuestión.



martes, 27 de noviembre de 2012

El paradigma de los monos



Un grupo de científicos colocó cinco monos en una jaula, en cuyo centro colocaron una escalera y, sobre ella, un montón de bananas.

Cuando un mono subía la escalera para agarrar las bananas, los científicos lanzaban un chorro de agua fría sobre los que quedaban en el suelo.

Después de algún tiempo, cuando un mono iba a subir la escalera, los otros lo golpeaban.

Pasado algún tiempo más, ningún mono subía la escalera, a pesar de la tentación de las bananas.

Entonces, los científicos substituyeron uno de los monos. La primera cosa que hizo fue subir la escalera, siendo rápidamente bajado por los otros quienes le propinaron una paliza tremenda.

Después de algunas palizas, el nuevo integrante del grupo ya no subió más la escalera aunque nunca supo el porque de tales golpes.

Un segundo mono fue sustituido y ocurrió lo mismo.

El primer sustituto participó con entusiasmo de la paliza al novato.

Un tercero fue cambiado y se repitió la misma situación: volvieron a golpear.

El cuarto y, finalmente, el quinto de los veteranos fue sustituido.

Los científicos quedaron entonces con un grupo de cinco monos que, aunque nunca recibieron un baño de agua fría, continuaban golpeando a aquel que intentase llegar a las bananas.

Si fuese posible preguntar a algunos de ellos por qué pegaban a quien intentaba subir por la escalera, con certeza la respuesta sería:

"No sé, aquí las cosas siempre se han hecho así"

¿Te resulta conocido?


¿Por qué seguimos golpeando?
¿Por qué seguimos haciendo las cosas de una manera, 
si, tal vez, las podemos hacer de otra?


lunes, 26 de noviembre de 2012

Pepe el positivo



Pepe era el tipo de persona que te encantaría ser.

Siempre estaba de buen humor y siempre tenía algo positivo que decir. Cuando alguien le preguntaba cómo le iba, el respondía: "Si pudiera estar mejor, tendría un gemelo".

Había tenido varios destinos y varios de sus colaboradores le habían seguido en todos ellos. La razón de que le siguieran era por su actitud: era un motivador natural. Si un empleado tenía un mal día, Pepe estaba ahí para decirle al empleado cómo ver el lado positivo de la situación.

Ver este estilo realmente me causó curiosidad, así que un día fui a buscar a Pepe y le pregunté:

"No lo entiendo.... no es posible ser una persona positiva todo el tiempo. ¿Cómo lo haces?"

Pepe respondió: "Cada mañana me despierto y me digo a mi mismo:

Pepe, tienes dos opciones hoy: puedes escoger estar de buen humor o puedes escoger estar de mal humor; escojo estar de buen humor. Cada vez que sucede algo malo, puedo escoger entre ser una víctima o aprender de ello. Escojo aprender de ello. Cada vez que alguien viene a mí para quejarse, puedo aceptar su queja o puedo señalarle el lado positivo de la vida. Escojo señalarle el lado positivo de la vida."

"Sí, claro, pero no es tan fácil" protesté.

"Sí lo es", dijo Pepe. "Todo en la vida es acerca de elecciones. Cuando quitas todo lo demás, cada situación es una elección. Tú eliges cómo reaccionas ante cada situación, tú eliges cómo la gente afectará tu estado de ánimo, tú eliges estar de buen humor o mal humor.

En resumen, TU ELIGES COMO VIVIR LA VIDA."

Reflexioné en lo que Pepe me dijo...

Poco tiempo después, por cuestiones de residencia, perdimos contacto, pero con frecuencia pensaba en Pepe, cuando tenía que hacer una elección en la vida en vez de reaccionar contra ella.

Varios años más tarde, me enteré que Pepe hizo algo que nunca debe hacerse en un negocio, dejó la puerta de atrás abierta y una mañana fue asaltado por tres ladrones armados.

Mientras trataba de abrir la caja fuerte, su mano, temblando por el nerviosismo, resbaló de la combinación. Los asaltantes sintieron pánico y le dispararon.

Con mucha suerte, Pepe fue encontrado relativamente pronto y llevado de emergencia a una clínica. Después de ocho horas de cirugía y semanas de terapia intensiva, Pepe fue dado de alta, aún con fragmentos de bala en su cuerpo.

Me encontré con Pepe seis meses después del accidente, y cuando le pregunté como estaba, me respondió: "Si pudiera estar mejor, tendría un gemelo".

Le pregunté que pasó por su mente en el momento del asalto. Contestó:
“Lo primero que vino a mi mente fue que debí haber cerrado con llave la puerta de atrás. Cuando estaba tirado en el piso, recordé que tenía dos opciones: podía elegir vivir o podía elegir morir. Elegí vivir".

"¿No sentiste miedo?“ le pregunté.

Pepe continuó: "Los médicos fueron geniales. No dejaban de decirme que iba a estar bien. Pero cuando me llevaron al quirófano y vi las expresiones en las caras de los médicos y enfermeras, realmente me asusté. Podía leer en sus ojos: -es hombre muerto. Supe entonces que debía tomar una decisión”.

"¿Qué hiciste?" pregunté.

Pepe me dijo: "Bueno, uno de los médicos me preguntó si era alérgico a algo, y respirando profundo grité: - "Sí, a las balas" - Mientras reían, les dije: "estoy escogiendo vivir, opérenme como si estuviera vivo, no muerto".

Pepe vivió por la maestría de los médicos, pero sobre todo POR SU ASOMBROSA ACTITUD. Aprendió que CADA DÍA TENEMOS LA ELECCIÓN de vivir plenamente, la ACTITUD, al final, lo es todo.


Al final la decisión de
• Cómo eres
• Cómo te ves
• Cómo te sientes
• Cómo vives

¡ES TUYA!

y recuerda:

sólo se frustran aquellos que dejan de ver la parte positiva de sus resultados y de la vida


domingo, 25 de noviembre de 2012

Perder una sandalia



En cierta ocasión, cuando Mahatma Gandhi estaba subiendo a un tren, una de sus sandalias se cayó a la vía. Sus acompañantes trataron de recuperarla, pero sin éxito pues el tren ya se encontraba en marcha. 

Ante la sorpresa de todos, Gandhi con total calma se sacó su otra sandalia y la arrojó igualmente a la vía. 

Los acompañantes de Gandhi asombrados le preguntaron: 

¿Por qué has hecho esto? a lo que él respondió: 

Una sola sandalia no le sirve a nadie. Ahora quien encuentre las dos podrá usarlas sin ningún problema.


sábado, 24 de noviembre de 2012

El pescador, el consultor y las metas



Un consultor norteamericano pasa sus vacaciones en un pueblo de la costa mexicana, alejado de la zona turística. Allí, en el muelle, observa a un pescador del lugar y sus hábitos: llega tarde, se marcha pronto, pesca unos pocos peces, seguramente los necesarios para su subsistencia. Entabla amistad con el y así conoce que le gusta pasar el resto del tiempo con su familia, sus amigos, jugando a las cartas, bebiendo, etc…

Un día no lo resiste, le sale la vena de consultor y se desarrolla esta conversación

Consultor: Pedro, ¿por qué no pescas durante más tiempo? Trabaja un poco más.
Pescador: ¿Para qué?
Consultor: Hombre, más pescado, mas ventas, más dinero
Pescador: ¿Y para que quiero más dinero?
Consultor: Podrías comprar una barca, y pescar en la costa, con lo que conseguirías más capturas y de mayor valor. O sea más dinero.
Pescador: ¿Y que lograría con éso?
Consultor: Pues más dinero aún, y así podrías montar tu propia empresa comprando un Barco, contratando gente, saliendo a alta mar a faenar.
Pescador: No lo veo.
Consultor: Si te lo montas bien, con un buen plan de marketing, puedes multiplicar ese barco por 10 o por 20. Seras millonario.
Pescador: ¿Para que quiero ser millonario?
Consultor: Así puedes dejar de trabajar.
Pescador: ¿Que haría entonces?
Consultor: Lo que más te apetezca, lo que te guste de verdad, no se…pescar con tu caña, salir con los colegas, disfrutar de tus hijos, de tu tiempo.
Pescador: Ya.

viernes, 23 de noviembre de 2012

“Seis sabios ciegos y un elefante”




Seis sabios, quisieron saber qué era un elefante. Como eran ciegos, decidieron hacerlo mediante el tacto.

El primero en llegar junto al elefante, chocó contra su ancho y duro lomo y dijo: “Ya veo, es como una pared”.

El segundo, palpando el colmillo, gritó: “Esto es tan agudo, redondo y liso que el elefante es como unalanza”.

El tercero tocó la trompa retorcida y gritó: “¡Dios me libre! El elefante es como una serpiente”.

El cuarto extendió su mano hasta la rodilla, palpó en torno y dijo: “Está claro, el elefante, es como una columna”.

El quinto, que casualmente tocó una oreja, exclamó: “Aún el más ciego de los hombres se daría cuenta de que el elefante es como un abanico”.

El sexto, quien tocó la oscilante cola acotó: “El elefante es muy parecido a una soga”.

Y así, los sabios discutían largo y tendido, cada uno excesivamente terco en su propia opinión y, aunque parcialmente en lo cierto, todos estaban estaban equivocados.

Es difícil encontrar la verdad a partir de visiones parciales de la realidad.

jueves, 22 de noviembre de 2012

Recompensa por el burro perdido



Después de haber perdido su burro, Nasrudín hizo proclamar por toda la aldea que daría el animal en premio a quien lo encontrase. Un vecino, sorprendido por la recompensa que ofrecía, le preguntó:

— Mullah, si prometes darle el asno a quien lo encuentre, ¿qué ganas tú?

— ¿Te parece poco la felicidad de haberlo encontrado?


miércoles, 21 de noviembre de 2012

Rescate del alacrán



Un maestro oriental vio como un alacrán se estaba ahogando, y decidió sacarlo del agua, pero cuando lo hizo el alacrán lo picó. Por la reacción del dolor, el maestro lo soltó y el animal cayó al agua y de nuevo estaba ahogándose. El maestro intentó sacarlo otra vez y otra vez el alacrán lo picó. 

Alguien que había observado todo, se acercó al maestro y le dijo: "Perdone maestro, ¡¡¡pero es usted terco!!!.. ¿no entiende que cada vez que intente sacarlo del agua, el alacrán lo picará?" 

El maestro respondió: 

"La naturaleza del alacrán es picar, el no va a cambiar su naturaleza y eso no va a hacer cambiar la mía, que es ayudar y servir". 

Y entonces ayudándose de una hoja, el maestro sacó al animalito del agua y le salvó la vida. 

No dejes de hacer aquello que te dicta tu corazón. No permitas que la conducta de otras personas condicionen la tuya.


martes, 20 de noviembre de 2012

Riesgos de volar bajo



”Cuando empecé a pilotar, mi angustiada madre, ya que no podía disuadirme de tan insólita locura, me recomendó que, por lo menos, tuviera mucha prudencia: “Vuela bajito y despacito, hijo mío!” Era un entrañable pésimo consejo: no hay nada tan peligroso para un avión como volar despacio y además a poca altura. En realidad los aviones no pueden volar despacio por definición. Se mantienen en vuelo justamente gracias a la fuerza de sustentación generada por el aire que se desliza a gran velocidad a lo ancho del perfil del ala (…)

Así, pues, el arte de volar es bastante paradójico: la seguridad crece con la altitud (dentro de un orden), con la velocidad (hasta cierto punto) y con el frío (sin pasarse). Pero hay más paradojas: hay que despegar contra el viento (…)

La vida también se pilota así: contra el viento, alto y deprisa. Volar bajo es peligroso. Las personas que viven tocando tierra se engañan con la falsa esperanza de recibir tan sólo un golpe suave en caso de caída. En realidad, no hay nada tan seguro como poner aire de por medio, o sea, grosor existencial, altura de miras. Uno no puede limitar sus aspiraciones al bacatazo soportable, entre otras razones, porque nadie se estrella nunca muellemente: es imposible capotar con elegancia, siempre se quiebran muchas cosas cuando uno se desploma. 

Lo prudente es volar alto y encarar los vientos, dominar el planeo y verlas venir. La prudencia es enemiga de la pusilanimidad: los timoratos acaban siendo temerarios. Los buenos navegantes, en caso de galerna, prefieren el mar abierto, lejos de la costa y sus peligrosos rompientes. Los temporales hay que capearlos con espacio de maniobra. Las águilas nunca se caen, mientras que las gallinas chocan incluso con su propio bebedero en sus cortos vuelos rasantes.”

(Ramón Folch: “El vicio de mirar: pasiones y paisajes de un ecólogo”)


lunes, 19 de noviembre de 2012

La sed



Un hombre estaba perdido en el desierto, destinado a morir de sed. 

Por ventura, llegó a una cabaña vieja, desmoronada, sin ventanas y sin techos; el hombre anduvo por ahí y se encontró con una pequeña sombra dónde acomodarse para huir del calor y del sol desértico. 

Mirando a su alrededor, vio una vieja bomba de agua, toda oxidada, se arrastró hacia allí, tomó la manivela y comenzó a bombear, a bombear y a bombear sin parar, pero nada sucedía!

Desilusionado, cayó postrado hacia atrás; notó que a su lado había una botella vieja, la miró, la limpió de todo el polvo que la rodeaba, y pudo leer un recado que decía: Usted necesita primero purgar la bomba con toda el agua que contiene esta botella mi amigo, después, por favor tenga la gentileza de llenarla nuevamente antes de marchar.

El hombre desenroscó la tapa de la botella, y en realidad, ahí estaba el agua. 

¡La botella estaba llena de agua!

De repente, él se vio en un dilema:

Si bebía aquel agua podría sobrevivir, pero si la vertía en esa bomba vieja y oxidada, tal vez obtendría agua fresca, bien fría, del fondo del pozo, y podría tomar toda el agua que él quisiese, o tal vez no, tal vez, la bomba no funcionase y el agua de la botella sería desperdiciada...

¿Qué debía hacer? 

¿Derramar el agua en la bomba y esperar a que saliese agua fresca o beber el agua estancada de la botella e ignorar el mensaje? 

¿Debería perder toda aquella agua en la esperanza de aquellas instrucciones poco confiables escritas no se cuánto tiempo atrás?

Con reluctancia, el hombre derramó toda el agua en la bomba, enseguida agarró la manivela y comenzó a bombear y bombear, y la bomba comenzó a rechinar sin parar, pero… ¡nada pasaba!

La bomba continuaba con sus ruidos y entonces surgió un hilo de agua, después un pequeño flujo y finalmente, el agua corrió con abundancia, agua fresca, cristalina, él llenó la botella y bebió ansiosamente, la llenó otra vez y tomó aún más de su contenido refrescante.

Enseguida, la llenó de nuevo para el próximo viajante, la llenó hasta la boca, tomó la pequeña nota y aumentó la frase "CRÉAME FUNCIONA".


domingo, 18 de noviembre de 2012

El sueño del Rey



Un Rey soñó que había perdido todos los dientes. Después de despertar, mandó llamar a un Sabio para que interpretase su sueño. 

- ¡Qué desgracia mi señor! - exclamó el Sabio - Cada diente caído representa la pérdida de un pariente de vuestra majestad. 

-¡Qué insolencia! - gritó el Rey enfurecido - ¿Cómo te atreves a decirme semejante cosa? ¡Fuera de aquí! 

Llamó a su guardia y ordenó que le dieran cien latigazos. Más tarde ordenó que le trajesen a otro Sabio y le contó lo que había soñado. Este, después de escuchar al Rey con atención, le dijo: 

- ¡Excelso señor! Gran felicidad os ha sido reservada. El sueño significa que sobrevivirás a todos vuestros parientes. 

Se iluminó el semblante del Rey con una gran sonrisa y ordenó que le dieran cien monedas de oro. 

Cuando éste salía del Palacio, uno de los cortesanos le dijo admirado: 

- ¡No es posible! La interpretación que habéis hecho de los sueños es la misma que el primer Sabio. 
No entiendo porque al primero le pagó con cien latigazos y a ti con cien monedas de oro. 

- Recuerda bien amigo mío - respondió el segundo Sabio - que todo depende de la forma en el decir... uno de los grandes desafíos de la humanidad es aprender a comunicarse. De la comunicación depende, muchas veces, la felicidad o la desgracia, la paz o la guerra. Que la verdad debe ser dicha en cualquier situación, de esto no cabe duda, mas la forma como debe ser comunicada es lo que provoca en algunos casos, grandes problemas. 

La verdad puede compararse con una piedra preciosa. Si la lanzamos contra el rostro de alguien, puede herir, pero si la envolvemos en un delicado embalaje y la ofrecemos con ternura, ciertamente será aceptada con agrado.


sábado, 17 de noviembre de 2012

El elefante y la alondra



El elefante y la alondra eran amigos.

La alondra le señalaba al elefante los rincones más

sombreados de la selva,

y el elefante protegía con su presencia nocturna el nido de

la alondra de serpientes voraces y ardillas rapaces.

Un día el elefante le dijo a la alondra que le tenía envidia

por poder volar.

¡Cuánto le gustaría remontarse por los aires, ver la tierra

desde las alturas, llegar a cualquier sitio en cualquier momento!

Pero con su peso… ¡era imposible!

La alondra le dijo que era muy fácil. Se quitó con el pico una pluma

de la cola y le dijo:

“Aprieta fuerte esta pluma en la boca, y agita rápidamente

las orejas arriba y abajo“

El elefante hizo lo que la alondra le había dicho. Apretó con fuerza

la pluma en la boca para que no se le fuese y comenzó a agitar sus

grandes orejas arriba y abajo con toda su energía.

Poco a poco notó que se levantaba, despegaba, se sostenía

en el aire y podía ir donde quisiese por los aires con toda facilidad.

Vio la tierra desde las alturas, vio los animales y los hombres,

cruzó por lo alto el río profundo que había marcado el límite de

su territorio, exploró paisajes desconocidos, y volvió al fin, feliz y

contento a aterrizar al sitio donde había dejado a la alondra.

“No sabes cuánto te agradezco esta pluma milagrosa“, le dijo.

Y se la guardó cuidadosamente detrás de la oreja para volver

a usarla en cuanto quisiera volar otra vez.

La alondra le contestó:

“Oh, esa pluma. La verdad es que no vale nada. Se me iba a caer de

todos modos, y era inútil. Pero tenía que darte algo para que creyeras,

y se me ocurrió eso. Lo que te hizo volar fue lo bien que agitaste las orejas“

MORALEJA:

Y a ti, ¿qué te impide volar?

Siempre estamos buscando fuera lo que llevamos dentro.

Es que no aprendemos...



Del libro “El universo está en ti”,
de Claudio María Domínguez

viernes, 16 de noviembre de 2012

Todo pasa



Hubo una vez un rey que dijo a los sabios de la corte:

- Me estoy fabricando un precioso anillo. He conseguido uno de los mejores diamantes posibles. Quiero guardar oculto dentro del anillo algún mensaje que pueda ayudarme en momentos de desesperación total, y que ayude a mis herederos, y a los herederos de mis herederos, para siempre. Tiene que ser un mensaje pequeño, de manera que quepa debajo del diamante del anillo.


Todos quienes escucharon eran sabios, grandes eruditos; podrían haber escrito grandes tratados, pero darle un mensaje de no más de dos o tres palabras que le pudieran ayudar en momentos de desesperación total... Pensaron, buscaron en sus libros, pero no podían encontrar nada.


El rey tenía un anciano sirviente que también había sido sirviente de su padre. La madre del rey murió pronto y este sirviente cuidó de él, por tanto, lo trataba como si fuera de la familia. El rey sentía un inmenso respeto por el anciano, de modo que también lo consultó. Y éste le dijo:
- No soy un sabio, ni un erudito, ni un académico, pero conozco el mensaje. Durante mi larga vida en palacio, me he encontrado con todo tipo de gente, y en una ocasión me encontré con un Sacerdote. Era invitado de tu padre y yo estuve a su servicio. Cuando se iba, como gesto de agradecimiento, me dio este mensaje, el anciano lo escribió en un diminuto papel, lo dobló y se lo dio al rey. Pero no lo leas le dijo, mantenlo escondido en el anillo. Ábrelo sólo cuando todo lo demás haya fracasado, cuando no encuentres salida a la situación.


Ese momento no tardó en llegar. El país fue invadido y el rey perdió elreino. Estaba huyendo en su caballo para salvar la vida y sus enemigos lo perseguían. Estaba solo y los perseguidores eran numerosos. Llegó a un lugar donde el camino se acababa, no había salida: enfrente había un precipicio y un profundo valle; caer por él sería el fin. Y no podía volver porque el enemigo le cerraba el camino. Ya podía escuchar el trotar de los caballos. No podía seguir hacia delante y no había ningún otro camino...


De repente, se acordó del anillo. Lo abrió, sacó el papel y allí encontró un pequeño mensaje tremendamente valioso:
Simplemente decía "ESTO TAMBIÉN PASARÁ".


Mientras leía "esto también pasará" sintió que se cernía sobre él un gransilencio. Los enemigos que le perseguían debían haberse perdido en el bosque, o debían haberse equivocado de camino, pero lo cierto es que poco a poco dejó de escuchar el trote de los caballos. El rey se sentía profundamente agradecido al sirviente y al místico desconocido. Aquellas palabras habían resultado milagrosas.


Dobló el papel, volvió a ponerlo en el anillo, reunió a sus ejércitos yreconquistó el reino. Y el día que entraba de nuevo victorioso en la capital hubo una gran celebración con música, bailes... y él se sentía muy orgulloso de sí mismo.


El anciano estaba a su lado en el carro y le dijo:
- Este momento también es adecuado: vuelve a mirar el mensaje.
- ¿Qué quieres decir? preguntó el rey. Ahora estoy victorioso, la gente celebra mi vuelta, no estoy desesperado, no me encuentro en una situación sin salida.

- Escucha, dijo el anciano: este mensaje no es sólo para situacionesdesesperadas; también es para situaciones placenteras. No es sólo para cuando estás derrotado; también es para cuando te sientes victorioso. No es sólo para cuando eres el último; también es para cuando eres el primero.


El rey abrió el anillo y leyó el mensaje: "Esto también pasará", y nuevamente sintió la misma paz, el mismo silencio, en medio de la muchedumbre que celebraba y bailaba, pero el orgullo, el ego, había desaparecido. El rey pudo terminar de comprender el mensaje. Se había iluminado.



Entonces el anciano le dijo:


RECUERDA QUE TODO PASA. Ninguna cosa, ni ninguna emoción son permanentes. Como el día y la noche, hay momentos de alegría y momentos de tristeza. Acéptalos como parte de la dualidad de la naturaleza porque son la naturaleza misma de las cosas.


jueves, 15 de noviembre de 2012

Tormentas




Cuentan que un día un campesino le pidió a Dios que le permitiera mandar sobre la Naturaleza para que, según él, le rindieran mejor sus cosechas.

Entonces cuando el campesino quería lluvia ligera, así sucedía; cuando pedía sol, éste brillaba en su esplendor; si necesitaba más agua, llovía más regularmente.

Pero cuando llegó el tiempo de la cosecha, su sorpresa y estupor fueron grandes porque resultó un total fracaso.

Desconcertado y medio molesto le preguntó a Dios el motivo del fracaso, si él había puesto los climas que creía convenientes.

Dios le contestó: - "Tú pediste lo que quisiste, más no lo que de verdad convenía. Nunca pediste tormentas, y éstas son muy necesarias para limpiar la siembra, ahuyentar aves y animales que la consuman, y purificarla de plagas que la destruyan."


miércoles, 14 de noviembre de 2012

Ubantu



Un antropólogo que estudiaba los hábitos y costumbres de una tribu en África, y porque él siempre estaba rodeado de niños de la tribu, decidió hacer algo divertido entre ellos; consiguieron una buena cantidad de caramelos en la ciudad y los pusieron a todos en una canasta decorada con cinta y otros adornos, y luego dejaron la canasta debajo de un árbol.


Luego llamó a los niños y propuso un juego: que cuando él dijese "ahora", ellos deberían correr hasta aquel árbol y el primero que llegase a la canasta sería el ganador, y tendría derecho a comerse todos los caramelos él solo.


Los niños fueron colocados en fila, esperando la señal acordada.


Cuando dijo "¡Ahora!" Inmediatamente todos los niños se cogieron de las manos y salieron corriendo juntos hacia la canasta. Llegaron juntos, y comenzaron a dividir los caramelos, y sentados en el suelo, los comieron felices.


El antropólogo fue a su encuentro y les preguntó indignado por qué habían ido todos juntos, si sólo uno pudo haber tenido toda la canasta.


Entonces, los niños respondieron:
–¡¡¡UBUNTU!!! ¿Cómo uno de nosotros podría ser feliz si todos los otros estuviesen tristes?


UBUNTU significa: - "Yo soy porque nosotros somos!"


martes, 13 de noviembre de 2012

Ulises y las sirenas



Ulises, en el camino de regreso a Itaca, es puesto sobre aviso por la hechicera Circe del peligro que les acechará al transitar junto al territorio de las sirenas. Las sirenas atraían a los navegantes con un canto melodioso e irresistible para después asesinarlos.

Ulises desea más que nada llegar a casa de Penélope y, dispuesto a poner todos los medios a su alcance para lograr su objetivo, tapona los oídos de sus marinos con cera y se hace atar al mástil con orden expresa de que suceda lo que suceda, no lo suelten del mismo.

lunes, 12 de noviembre de 2012

El  Noble Cabezahueca





Dos maestros Zen, Daigu y Gudo, fueron invitados a visitar a un señor feudal.

Al llegar Gudo le dijo al noble:"Se ve que eres de naturaleza sabia,y tienes una habilidad innata para aprender Zen". 

"Tonterías" dijo Daigu, ¿ por qué adulas a este cabezahueca?"Quizá sea un noble, pero no tiene ni idea de Zen. 

De este modo, en lugar de construir un templo para Gudo, el señor feudal lo construyó para Daigu, y estudió Zen con él. 

"Las palabras elegantes no son sinceras; las palabras sinceras no son elegantes"

Lao-Tsé

domingo, 11 de noviembre de 2012

La verdad



"Quizás recuerden ustedes la historia de cómo el diablo y un amigo suyo estaban paseando por la calle cuando vieron delante de ellos a un hombre que levantaba algo del suelo y, después de mirarlo, se lo guardaba en el bolsillo. El amigo preguntó al diablo:

"¿Qué recogió ese hombre?" "Recogió un trozo de la Verdad", contestó el diablo. 

"Ese es muy mal negocio para ti, entonces", dijo su amigo
.
"Oh, no, en absoluto", replicó el diablo, "voy a dejar que la organice".

Yo sostengo que la Verdad es una tierra sin caminos, y no es posible acercarse a ella por ningún sendero, por ninguna religión, por ninguna secta. Ese es mi punto de vista y me adhiero a él absoluta e
incondicionalmente. La Verdad, al ser ilimitada, incondicionada, inabordable por ningún camino, no puede ser organizada; ni puede formarse organización alguna para conducir o forzar a la gente a lo largo de algún sendero en particular. Si desde el principio entienden eso, entonces verán cuan imposible es organizar una creencia. Una creencia es un asunto puramente individual, y no pueden ni deben organizarla. Si lo hacen, se torna en algo muerto, cristalizado; se convierte en un credo, una secta, una religión que ha de imponerse a los demás. Esto es lo que todo el mundo trata de hacer. 

La Verdad se empequeñece y se transforma en un juguete para los débiles, para los que están sólo momentáneamente descontentos. La Verdad no puede rebajarse, es más bien el individuo quien debe hacer el esfuerzo de elevarse hacia ella.

Ustedes no pueden traer la cumbre de la montaña al valle. Si quieren llegar a la cima de la montaña, tienen que atravesar el valle y trepar por las cuestas sin temor a los peligrosos precipicios. Tienen que ascender hacia la Verdad, esta no puede "descender" ni organizarse para ustedes. El interés en las ideas es sostenido principalmente por las organizaciones, pero las organizaciones sólo despiertan el interés
desde afuera.


sábado, 10 de noviembre de 2012

Vibración de la voz



Mata Mandir Singh, yogui y músico, estaba confundido y habló con su maestro espiritual, Yogi Bhajan. Éste le dijo: 

“Todos los planetas, lunas, estrellas y sistemas solares giran en ciclos y patrones con un ritmo y armonía perfectos. Simplemente coge uno de tus instrumentos y toca con él patrones rítmicos melódicos, así llegarás al equilibrio y la armonía”. 


Mandir Singh siguió el consejo y comenzó a estudiar cantos sagrados. El músico se dió cuenta de que era necesario ser conscientes de nuestras vibraciones al hablar:

“Si cuando hablamos no somos conscientes de que estamos vibrando, podemos lanzar olas de negatividad, falta de confianza y de armonía. Esto deteriora nuestro estado de salud y bienestar. Por el contrario, podemos elegir conscientemente un mantra, escritura, comunicación armónica y sonidos musicales para elevarnos, sanar y equilibrar”.


Extraído y adaptado de la revista Integral

jueves, 8 de noviembre de 2012

Cachorritos diferentes



Un tendero estaba clavando sobre la puerta de su tienda un letrero que decía "Se venden cachorros". Letreros como ese tienen una atracción especial para los niños pequeños y efectivamente, un niño apareció bajo el letrero del tendero. 

- ¿Cuánto cuestan los cachorros? -preguntó. -Entre treinta y cincuenta euros- respondió el tendero.

El niño metió la mano en su bolsillo y sacó algunas monedas, -tengo dos euros con treinta y siete céntimos- dijo -¿puedo verlos, por favor? 

El tendero sonrió y silbó, y de la caseta de los perros salió "Dama", que corrió por el pasillo de la tienda seguida de cinco pequeñitas, diminutas bolas de pelo. Un cachorro se estaba demorando considerablemente. El niño inmediatamente distinguió al cachorro rezagado: ¡era cojo!. 

- ¿Qué le pasa a ese perrito?- preguntó. El tendero le explicó que el veterinario había examinado al cachorro y había descubierto que le faltaba una cavidad de la cadera y que cojearía por siempre. Estaría lisiado toda su vida. El niño se entusiasmó. 

- Ese es el cachorro que quiero comprar -dijo. 

- Si realmente quieres ese perrito, te lo regalo -dijo el tendero.

El niño con cara de enfado miró al tendero a los ojos y le replicó: 

- No quiero que me lo regale. Ese perrito vale exactamente tanto como los otros perros y voy a pagar su precio completo. De hecho, ahora le voy a dar 2,37€ y luego 50 céntimos al mes hasta terminar de pagarlo. 

El tendero replicó: 

- Realmente no quieres este perrito. Nunca va a poder correr, brincar ni jugar contigo como los otros cachorritos.

Al oír esto, el niño se agachó y se enrolló la pierna del pantalón para mostrar una pierna izquierda gravemente torcida, lisiada, sostenida por un gran aparato ortopédico de metal. Miró al tendero y suavemente le respondió: 

- Bueno, pues yo tampoco corro tan bien como los otros niños y el cachorrito va a necesitar a alguien que lo entienda.


miércoles, 7 de noviembre de 2012

Bolsa de clavos



Esta es la historia de una persona que tenía muy mal carácter.

Su madre le dio una bolsa de clavos y le dijo que cada vez que perdiera la paciencia, tendría que clavar un clavo detrás de la puerta.

El primer día, clavó 37 clavos detrás de la puerta. Las semanas que siguieron, a medida que aprendía a controlar su genio, clavaba cada vez menos clavos detrás de la puerta. Descubría que cada vez le costaba menos controlar su genio y que era más fácil que clavar clavos detrás de la puerta.

Un día consiguió controlar su carácter durante toda la jornada y así informó a su madre. Ella le sugirió que retirara un clavo cada día que lograra controlar su carácter.

Los días pasaron y finalmente pudo anunciar a su madre que no quedaban más clavos para retirar de la puerta. Su madre tomó su mano y se acercaron a la puerta y le dijo:

- Has trabajado duro. Pero mira todos esos hoyos en la puerta. Nunca más será la misma. Cada vez que pierdes la paciencia, dejas cicatrices exactamente como las que ves aquí. Tu puedes insultar a alguien y retirar lo dicho, pero el modo como lo digas le afectará, y la cicatriz perdurará durante un tiempo, a veces para siempre. Una ofensa verbal es tan dañina como una ofensa física. Presta atención a tu comunicación. Es tu mayor tesoro.


martes, 6 de noviembre de 2012

El bloque



Cuando nos encontramos con obstáculos, a veces, lo más fácil es echarse atrás. A menudo, cuesta ser perseverante y no dejarse vencer, cuando hemos decidido enfrentarnos a nuestro obstáculo.

Estaba frente a un bloque de piedra redondo y liso, muy técnico. Desde que lo vi, me llamó la atención y quise intentar resolverlo.

Para resolver un bloque de escalada, es necesario subir hasta el punto más alto de la roca.

Puse colchonetas bajo mis pies y empecé a subir. Los agarres eran muy pequeños y los pies resbalaban. No había superado ni un metro y me caí. Volví a intentarlo, de nuevo resbalé y caí encima de la colchoneta.

Pensé que debía cambiar de estrategia y probar de otra manera. Tampoco resultó. No sé cuantas veces caí para volver a intentarlo. Una y otra vez.

Finalmente, conseguí superar la parte más "resbaladiza" para aguantarme en una pared vertical sólo con los pies a unos 3 metros del suelo.

Los agarres no existían, así que tenía que confiar en mi pie izquierdo, incorporarme sobre él y salir hacia arriba. Era fácil, pero me empezaron a invadir dudas:

¿Y si me caigo? ¿Y si no puedo? ¿Y si no lo consigo?

Me empezaba a cansar y la pierna me empezaba a temblar (en escalada lo llamamos la moto) de nervios, cansancio y miedo. Miraba el suelo y todavía era peor. Ya dudaba si continuar, hasta que mi compañero me dijo:

- "¡Vamos, Cris, tú eres Coach!"

Pensé que ya no había marcha atrás y me di la oportunidad para intentarlo y conseguirlo.

Allí estoy encima del bloque, cansada y orgullosa de mí misma.

Cada vez que te niegas la oportunidad a intentarlo, estás fracasando. Dale un lugar al fracaso, esa palabra que suena tan terrible, pero que en realidad deberíamos interpretar como aprender.

Fracasar no equivale a aprender por sí sola. Aprender de los fracasos es una actitud. Cada vez que te caigas, vuelve a intentarlo con garra. Con mentalidad de triunfador y si te caes, no importa.

Es duro caer, pero es peor no haber intentado nunca subir

Cris Pérez Vázquez

lunes, 5 de noviembre de 2012

Solidaridad




Anécdota de un amigo, Marcos Méndez, hoy en Facebook.


Hoy presencie un acto verdaderamente increible y hermoso. Algo que nunca en mi vida había visto. Toda la vida he tenido gatos y actualmente tengo varios en mi casa. Hay dos de ellos llamados Rusty y Sunny que son como hermanos muy unidos, siempre juegan, duermen juntos acurrucados, comen juntos, y constantemente se lamen y limpian uno al otro. 


Hoy Rusty se estaba ahogando con algo que se trago de
l piso y Sunny lo escucho haciendo ruido como cuando uno se ahoga. Sunny vino corriendo y empezó a lamer la garganta de Rusty y éste se pudo tragar lo que tenia atorado en la garganta. Entonces los dos estaban uno frente al otro lamiendo sus caras. 


Yo me quede boquiabierto y maravillado de este acto de un animal cuidar y ayudar a otro animal. Lasw lagrimas rodaron por mis mejillas y los agarre a los dos y los abrazé. Que lindo, fenomenal,hermoso acto.


domingo, 4 de noviembre de 2012

El bambú japones



Cuando se siembra una semilla de bambú japonés, hay que regarla y abonarla constantemente. Durante los primeros meses, no sucede nada apreciable. En realidad, no pasa nada con la semilla durante los siete primeros años, a tal punto que un cultivador inexperto estaría convencido de haber comprado semillas estériles.


Sin embargo durante el séptimo año, en un periodo de sólo seis semanas, la planta de bambú crece más de 30 metros.


¿Tarda sólo seis semanas en crecer?


No, en realidad, se toma siete años para crecer y seis semanas para desarrollarse. Durante los primeros años de aparente inactividad, este bambú genera un complejo sistema de raíces que le permiten sostener el crecimiento que vendrá después.


En la vida cuotidiana, muchas personas tratan de encontrar soluciones rápidas, triunfos apresurados sin entender que el éxito es simplemente resultado del crecimiento interno y que requiere tiempo.


Por esa impaciencia, muchos de aquellos que aspiran a resultados a corto plazo abandonan súbitamente justo cuando ya estaban a punto de conquistar la meta. Es tarea difícil convencer al impaciente de que sólo llegan al éxito aquellos que luchan de forma perseverante y saben esperar el momento adecuado.


De igual manera, es necesario entender que en muchas ocasiones estaremos frente a situaciones en las que creeremos que nada está sucediendo. Y esto puede ser extremadamente fustrante.


En esos momentos (que todos tenemos), recordemos el ciclo de maduración del bambú japonés. Y no bajemos los brazos ni abandonemos por no ver el resultado esperado, ya que sí que está sucediendo algo dentro de nosotros: estamos creciendo y madurando.


No nos demos por vencidos, vayamos gradual e imperceptiblemente creando los hábitos y el temple que nos permitirán sostener el éxito cuando llegue.


El triunfo no es más que un proceso que lleva tiempo y dedicación. Un proceso que exige aprender nuevos hábitos y nos obliga a descartar otros.


Un proceso que exige cambios, acción y formidables dotes de paciencia.