lunes, 19 de noviembre de 2012

La sed



Un hombre estaba perdido en el desierto, destinado a morir de sed. 

Por ventura, llegó a una cabaña vieja, desmoronada, sin ventanas y sin techos; el hombre anduvo por ahí y se encontró con una pequeña sombra dónde acomodarse para huir del calor y del sol desértico. 

Mirando a su alrededor, vio una vieja bomba de agua, toda oxidada, se arrastró hacia allí, tomó la manivela y comenzó a bombear, a bombear y a bombear sin parar, pero nada sucedía!

Desilusionado, cayó postrado hacia atrás; notó que a su lado había una botella vieja, la miró, la limpió de todo el polvo que la rodeaba, y pudo leer un recado que decía: Usted necesita primero purgar la bomba con toda el agua que contiene esta botella mi amigo, después, por favor tenga la gentileza de llenarla nuevamente antes de marchar.

El hombre desenroscó la tapa de la botella, y en realidad, ahí estaba el agua. 

¡La botella estaba llena de agua!

De repente, él se vio en un dilema:

Si bebía aquel agua podría sobrevivir, pero si la vertía en esa bomba vieja y oxidada, tal vez obtendría agua fresca, bien fría, del fondo del pozo, y podría tomar toda el agua que él quisiese, o tal vez no, tal vez, la bomba no funcionase y el agua de la botella sería desperdiciada...

¿Qué debía hacer? 

¿Derramar el agua en la bomba y esperar a que saliese agua fresca o beber el agua estancada de la botella e ignorar el mensaje? 

¿Debería perder toda aquella agua en la esperanza de aquellas instrucciones poco confiables escritas no se cuánto tiempo atrás?

Con reluctancia, el hombre derramó toda el agua en la bomba, enseguida agarró la manivela y comenzó a bombear y bombear, y la bomba comenzó a rechinar sin parar, pero… ¡nada pasaba!

La bomba continuaba con sus ruidos y entonces surgió un hilo de agua, después un pequeño flujo y finalmente, el agua corrió con abundancia, agua fresca, cristalina, él llenó la botella y bebió ansiosamente, la llenó otra vez y tomó aún más de su contenido refrescante.

Enseguida, la llenó de nuevo para el próximo viajante, la llenó hasta la boca, tomó la pequeña nota y aumentó la frase "CRÉAME FUNCIONA".


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