Dos maestros Zen, Daigu y Gudo, fueron invitados a visitar a un señor feudal.
Al llegar Gudo le dijo al noble:"Se ve que eres de naturaleza sabia,y tienes una habilidad innata para aprender Zen".
"Tonterías" dijo Daigu, ¿ por qué adulas a este cabezahueca?"Quizá sea un noble, pero no tiene ni idea de Zen.
De este modo, en lugar de construir un templo para Gudo, el señor feudal lo construyó para Daigu, y estudió Zen con él.
"Las palabras elegantes no son sinceras; las palabras sinceras no son elegantes"
Lao-Tsé
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