sábado, 12 de enero de 2013

EL ESPANTAPÁJAROS





Un día dije a un espantapájaros “Debes de estar cansado de permanecer inmóvil en este solitario campo”.

Y él me dijo “La dicha de asustar es profunda y duradera; nunca me cansa”.

Tras un minuto de reflexión, le dije: “Es verdad; pues yo también he conocido esa dicha”.

Y él me dijo: “Sólo quienes están rellenos de paja pueden conocerla”.

Entonces, me alejé del espantapájaros, sin saber si me había elogiado o subestimado.

Transcurrió un año, durante el cual el espantapájaros se convirtió en filósofo.

Y cuando volví a pasar junto a él, vi que dos cuervos habían anidado bajo su sombrero.


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