martes, 29 de noviembre de 2011

La fuente de ingresos.



« Sólo un imbécil dudaría en renunciar a todo cambio de la Verdad», dijo el Maestro. 

Y contó la siguiente parábola: 

En un pequeño país, se descubrió que el subsuelo era un inmenso yacimiento petrolífero. Lógicamente, los que tenían tierras se apresuraron a vender a las compañías petrolíferas, a cambio de verdaderas fortunas, hasta el último metro cuadrado. Pero una anciana dama se negaba en redondo a desprenderse de sus tierras. 

Las ofertas alcanzaron cifras realmente astronómicas, hasta que una compañía afirmó estar dispuesta a aceptar el precio que ella quisiera. 

Pero ella se mantuvo tan firme que un amigo suyo, que no lo comprendía, le preguntó la razón de su actitud. 

Y la anciana le respondió: 

«¿No ves que, si vendo mis tierras, perderé mi única fuente de ingresos?» 


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