« Sólo un imbécil dudaría en renunciar a todo cambio de la Verdad», dijo el Maestro.
Y contó la siguiente parábola:
En un pequeño país, se descubrió que el subsuelo era un inmenso yacimiento petrolífero. Lógicamente, los que tenían tierras se apresuraron a vender a las compañías petrolíferas, a cambio de verdaderas fortunas, hasta el último metro cuadrado. Pero una anciana dama se negaba en redondo a desprenderse de sus tierras.
Las ofertas alcanzaron cifras realmente astronómicas, hasta que una compañía afirmó estar dispuesta a aceptar el precio que ella quisiera.
Pero ella se mantuvo tan firme que un amigo suyo, que no lo comprendía, le preguntó la razón de su actitud.
Y la anciana le respondió:
«¿No ves que, si vendo mis tierras, perderé mi única fuente de ingresos?»
No hay comentarios:
Publicar un comentario