lunes, 16 de abril de 2012

Nasrudin visita la india



El célebre y contradictorio personaje sufí Mulla Nasrudín visitó la India. Llegó a Calcuta y comenzó a pasear por una de sus abigarradas calles. De repente vio a un hombre que estaba en cuclillas vendiendo lo que Nasrudín creyó que eran dulces, aunque en realidad se trataba de chiles picantes. Nasrudín era muy goloso y compró una gran cantidad de los supuestos dulces, dispuesto a darse un gran atracón. Estaba muy contento, se sentó en un parque y comenzó a comer chiles a dos carrillos. Nada más morder el primero de los chiles sintió fuego en el paladar. Eran tan picantes aquellos “dulces” que se le puso roja la punta de la nariz y comenzó a soltar lágrimas hasta los pies. No obstante, Nasrudín continuaba llevándose sin parar los chiles a la boca. 

Estornudaba, lloraba, hacía muecas de malestar, pero seguía devorando los chiles. Asombrado, un paseante se aproximó a él y le dijo: 

--Amigo, ¿no sabe que los chiles sólo se comen en pequeñas cantidades? 

Casi sin poder hablar, Nasrudín comento: 

--Buen hombre, créeme, yo pensaba que estaba comprando dulces. 

Pero Nasrudín seguía comiendo chiles. El paseante dijo: 

--Bueno, está bien, pero ahora ya sabes que no son dulces. ¿Por qué sigues comiéndolos? 

Entre toses y sollozos, Nasrudín dijo: 

--Ya que he invertido en ellos mi dinero, no los voy a tirar. 



No seas como Nasrudín. 
Toma lo mejor 
para tu evolución interior 
y arroja lo innecesario o pernicioso, 
aunque hayas invertido años en ello.


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