El maestro Roshi te golpea con uno de sus dedos en el hombro. Sin pronunciar palabra, te giras y te mira fijamente, y, por fin, te reclama:
- ¿y bien?
- y bien ¿qué?, maestro, -le respondes-
- Verás Rama, -dice el maestro-, las cosas no son lo que parecen. Esta cereza también es un caballo y una alga del río Kinsei, como también un trozo de plata de la mina de Iwami Gizan. Cualquier cosa comprende todas las cosas de este mundo. Naturalmente, no existe eso que llamamos tú o yo o él, pero si te reclamo te giras con el tacto de mis manos. Te sientes apelado. ¿Quiénes somos, Rama?, ¿qué somos?. Sin darte cuenta fluyes en las aguas del río igual que tu presente e igual que tu futuro, igual que el mundo, igual que el universo, más allá del tiempo y más allá de la vida. Has de pensar en esto cuando llegue la noche.
Extraído de La Casa Transparente
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