Una mañana iba caminando con mi padre por la calle y de repente me dijo: - ¿Qué alcanzas a escuchar?
Yo le conteste:
- ¿Te refieres al ruido de los pájaros?
El me dijo:
- No, no, no. Pon atención. ¿Lo oyes?
Entonces le pregunte:
- ¿Te refieres a la carreta?
El me dijo:
- Exacto, así es. ¿Y te das cuenta que es una carreta que va vacía?
Entonces yo le pregunte:
- Y ¿Cómo sabes que esta vacía?
El me dijo:
- Ah, pues muy sencillo. Cuanto más vacía está la carreta, mayor ruido hace.
Ahora cada vez que conozco a una persona escandalosa y que trata de llamar la atención, recuerdo las palabras de mi padre de esa mañana y me digo a mi misma, “Cuanto más ruido hace una persona, más vacía se encuentra”
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