Alguien preguntó al Maestro
qué significaba «acción desinteresada»..
Y él respondió:
«La acción que es querida y realizada por sí misma,
no por el reconocimiento, la utilidad
o la ganancia que pueda reportar».
Y contó el caso de un individuo
que fue contratado por un investigador,
el cual le condujo a un patio, le dio un hacha y le dijo:
«¿Ve usted ese tronco?
Pues bien, quiero estudiar en usted
todos los movimientos que se ejecutan para cortarlo ...
Sólo que deberá usted emplear el lado romo del hacha,
no el filo.
Le daré cien dólares por hora».
El hombre creyó que aquel tipo estaba loco,
pero la paga parecía excelente,
de manera que puso manos a la obra.
Sin embargo, dos horas más tarde le dijo:
«Lo siento, señor, pero abandono ...»
«¿Qué pasa?
¿No está usted conforme con la paga estipulada?
¡Le daré el doble!»
«No es eso», dijo el otro. «La paga está bien.
Lo único es que, cuando corto leña,
estoy acostumbrado a ver volar las astillas».
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