Los problemas humanos
se resisten tenazmente a las soluciones ideológicas,
como tuvo ocasión de comprobar el «reformista laboral» cuando llevó al Maestro a ver
cómo se abría una zanja con métodos modernos.
«Esta máquina», le dijo,
«ha dejado sin trabajo a decenas de hombres.
Habría que destruirla
y poner en su lugar a cien hombres trabajando con palas».
«¿Y por qué no», dijo el Maestro,
«a mil hombres trabajando con cucharillas?»
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