Le preguntaron al Maestro qué pensaba él
de los avances de la tecnología moderna.
Y ésta fue su respuesta:
Un profesor bastante distraído llegaba tarde a dar su clase.
Saltó dentro de un taxi y gritó:
«¡Deprisa! ¡A toda velocidad!»
Mientras el taxista cumplía la orden,
el profesor cayó en la cuenta de que
no le había dicho adónde tenía que ir.
De modo que volvió a gritarle:
«¿Sabe usted adónde quiero ir?»
«No, señor», dijo el taxista,
«pero conduzco lo más rápido que puedo».
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